jueves, 15 de septiembre de 2011

Evolucion Social








INTRODUCCIÓN

En esta ocasión presentamos otra manera de comprender nuestra sociedad através de la revolución neolítica la cual fue progresista para el desarrollo de las fuerzas productivas, para la vida de los hombres con sucesos concretos, sin embargo, nuestro trabajo será,  el  acaparamiento y el  regresar a la infancia del hombre, tales como la edad antigua através de diferentes países y pode así comprender los cambios que ahora vivimos. Además de imposible, es indeseable que entre los argumentos más frecuentemente esgrimidos contra el socialismo, que no nos llame la atención aquel argumento de que “el hombre has sido egoísta”.  Esta idea es fácilmente refutable teniendo en cuenta que, aun siendo eso cierto, con más motivo habría que establecer normas que frenaran una tendencia así, de igual modo que es necesario cercenar la libertad del hombre para convivir con sus  semejantes. Pero así, como se tiene esa idea también existe la que obliga a mejorar como: “el hombre no nace, sino que se hace.



Antes del neolítico, los hombres vivían en una especie de comunismo primitivo. Pero esto no se debía al mito del buen salvaje, ni a idealizaciones similares. No es que se hubieran colectivizado los medios de producción, sino que, sencillamente, se desconocía la posibilidad de un uso y apropiación individual de los mismos. El propio modo de vida determinaba otras relaciones sociales: si cazamos un mamut, no es posible atesorarlo y sólo podemos compartirlo antes de que se pudra. Además, al vivir en campamentos nómadas y tener que recorrer largas distancias a pie, la acumulación de posesiones materiales se encontraba rígidamente limitada. Cuando el cambio climático obliga al hombre a desarrollar una vida sedentaria y practicar la agricultura, y dado el excedente que por primera vez se produjo, cuando unos hombres se plantean adueñarse individualmente de las cosechas primero y, más tarde, de la tierra. Un observador imparcial jamás habría podido comprender esa locura de que la tierra, que era patrimonio de todos, pasase a manos de unos pocos. Con el neolítico y la propiedad privada, aparecen también el machismo, la esclavitud y la familia nuclear cerrada, antes en la llamada sociedad gentilicia, todo el clan era una familia y los hijos no eran criados exclusivamente por sus padres; y, más tarde, para garantizar los nuevos privilegios, aparece el Estado, es decir, cuerpos armados a sueldo de un estrato social.



Si en aquella época las condiciones materiales y el escaso desarrollo de las fuerzas productivas hicieron necesaria la acumulación de capital para aumentar la productividad y que la especie humana subsistiera, hoy, cuando la propiedad de los monopolios llega a trabar unas fuerzas productivas extremadamente modernizadas, parece hacerse necesario el socialismo para que el hombre sobreviva. Además, una de las mejores pruebas se extrae al establecer un modelo antropológico, es decir, al observar el comportamiento de las sociedades paleolíticas actuales, debemos tener en cuenta que el paleolítico no es una etapa temporal, sino un estadio o nivel de desarrollo.



La institución de la esclavitud, cuyo origen es muy antiguo, está ya presente las primeras fuentes escritas conservadas. Las civilizaciones mesopotámicas egipcia la conocieron, e incluso la Grecia del periodo clásico, cuna de la democracia, la práctica del esclavismo. La prosperidad de la Atenas de Pericles se basaba, en el comercio, muchos de cuyos productos eran manufacturados por esclavos, en la agricultura y en la minería de la plata, que también empleaban mano de obra esclava.  Sabremos como La Roma republicana e imperial conoció un sistema económico, modo de producción en la terminología marxista, esclavista, gracias a una abundante mano de obra procedente de las victoriosas guerras de conquista. Los esclavos trabajaban en las minas, remaban en las galeras y cultivaban los campos. Incluso en las ciudades eran numerosos, pues la esclavitud doméstica estaba generalizada entre las familias pudientes. En este ensayo la globalización es analizada a profundidad, pero dentro de las posibilidades que su reciente aparición como fenómeno económico, político y social permiten. Su origen tiene sus raíces en la revolución del transporte marítimo de los siglos XV y XVI, pero no fue sino hasta los años ochenta que el concepto de globalización apareció por vez primera en la academia de negocios anglosajona. Sus detonantes fueron la velocidad en los cambios tecnológicos y la aplicación de la electrónica a los procesos de producción y comunicación, que lograron transformaciones importantes entre las relaciones laborales y de poder.





DESARROLLO TEMATICO



Comunismo primitivo



Se entiende, en la teoría marxista, una etapa del desarrollo de las formaciones económico-sociales, caracterizadas por el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, la propiedad colectiva de los medios de producción (la tierra y las herramientas rudimentarias) y la distribución igualitaria de los productos. Es el primero de los modos de producción que Marx definió como estadios de la evolución de la historia económica.



Características



En el comunismo primitivo los seres humanos estaban organizados en grupos, dedicados a la caza, pesca y recolección. La actividad productiva humana se basaba en la cooperación simple. Para Marx, este tipo de asociación cooperativa era una necesidad inexorable debido al desamparo en que se encontraba el individuo aislado en la naturaleza. Como consecuencia de su modo de vida, el humano primitivo no concebía la posibilidad de la propiedad privada de la tierra y de los demás medios de producción; pero lo que sí concebía era lo que Marx describió en sus Manuscritos Económico-filosóficos de 1844 como "propiedad privada general" que en el ejemplo de la comunidad de mujeres era una especie de propiedad sexual de la comunidad hacia el cuerpo de la mujer, con el capitalismo esta se transforma en la "propiedad privada exclusiva" que en este caso se denominó "matrimonio". Tan sólo algunos instrumentos y bienes les pertenecían en propiedad personal.



En el comunismo primitivo la producción estaba directamente definida por las necesidades colectivas, y entre el acto sustancial de la creación y lo creado no había ninguna mediación social y, por tanto, ninguna ruptura epistemológica. El desarrollo primitivo de las fuerzas productivas no creaba excedente alguno después de cubrir las necesidades más perentorias, por lo tanto, era imposible la acumulación de bienes. Como el desarrollo de las fuerzas productivas era insuficiente para que el trabajo excedentario de unas personas liberara a otras personas de la necesidad de trabajar, también era imposible la explotación.



Al ser una sociedad basada en el autoconsumo, todas sus relaciones sociales eran comunitarias, y al no ser una sociedad dividida en clases sociales no era necesario ninguna clase de Estado para su regulación. Este modo de producción fue sustituido, dependiendo del lugar o la época, bien por el modo de producción esclavista o bien por el modo de producción feudal, ya fuera por desarrollo propio o como resultado de la conquista. La división del trabajo se hacía de acuerdo a la edad y al sexo, lo cual significa que los niños y las mujeres realizaban trabajos que su estado físico les permitiera. La teoría del matriarcado (hoy muy puesta en cuestión y matizada por la antropología moderna) consideraba que en este tipo de sociedad la autoridad del grupo la representaban las mujeres. Lo mismo ocurría con la práctica de la poliandria (múltiples compañeros sexuales para cada mujer).  Las herramientas de trabajo eran muy rudimentarias, pues estaban hechas de piedra, madera o hueso.



 Los tipos de familia que se identificaron son las siguientes:



·         Consanguínea: Los grupos conyugales se separan por generaciones. Todos los miembros de una misma generación pueden copular entre sí, estando prohibido hacerlo con un miembro de la generación anterior (padres, tíos) o posterior (hijos, sobrinos).

·         Punalúa: Aparece la prohibición de encuentros sexuales dentro de la misma generación, primero entre hermanos uterinos y luego se extiende a más grados (primos, primos segundos, etc), formándose grupos de hermanas o primas que copulan con un grupo de hermanos o primos.

·        Sindiásmica: En el régimen de matrimonio por grupos, o quizás antes, se formaban parejas conyugales por un tiempo más o menos largo, en la que eran mutuamente «cónyuges principales» entre varias otras uniones sexuales.



ESCLAVITUD










La esclavitud es una institución jurídica que conlleva a una situación personal por la cual un individuo está bajo el dominio de otro, perdiendo la capacidad de disponer libremente de su propia persona y de sus bienes. El fenómeno de la esclavitud se remonta a determinadas civilizaciones antiguas. Históricamente se ha demostrado que su existencia deriva de la práctica de aprovechar la mano de obra de los cautivos en las guerras, a diferencia de la práctica más remota de sacrificarlos. La esclavitud es una actividad económica mientras que el esclavismo es la ideología que la sustenta.



Los más claros ejemplos de esclavitud reciente los hallamos en la colonización de América o en épocas más antiguas las prácticas del antiguo Imperio romano consecuentes de la institución denominada apremio individual, además de los planteamientos políticos de la Grecia Antigua donde el mismo Aristóteles sostiene que la esclavitud es un fenómeno natural. Mintz y Elkins consideran que existe una relación recíproca entre capitalismo y esclavitud, evidenciando que conforme varía dinamismo del capitalismo, el carácter represivo de la actividad laboral también varía. Otros investigadores como Lester Thurow sostienen que mientras la democracia es incompatible con la esclavitud, el capitalismo no lo es, por lo que la esclavitud suele reaparecer en la misma proporción que avanza las formas autoritarias de gobierno.



El Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición se celebra el 23 de agosto, mientras que el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud se celebra el 2 de diciembre. Desde la perspectiva contemporánea la esclavitud es un crimen de Lesa Humanidad y su prohibición está recogida en tratados internacionales aunque la práctica sigue dándose culturalmente en determinados países: como la India, Sudán, Mauritania y en otros bajo ciertas condiciones a menudo excepcionales como es el caso de las fuerzas productivas infantiles en el Sudeste asiático o determinado tipo de prostitución en todo el mundo. Por extensión se entiende por esclavitud la condición de personas sujetas a los designios de otras sin opción a réplica, discrepancia, decisión o protesta.



La esclavitud en la antigüedad



Esclavitud en la Antigua Grecia y Roma










Los primeros escritos en los que se tiene constancia de la presencia de esclavos en una gran civilización es en Mesopotamia durante la época sumeria, si bien muy limitada. En el Antiguo Egipto un número de esclavos suficiente como para tener cierta importancia social se dio solamente en algunos periodos, especialmente en el Imperio Nuevo. El origen de los esclavos provenía de las conquistas y no existía una regulación jurídica sobre los mismos. La esclavitud como práctica social y económica fue usual en la antigüedad greco-romana, y ambas pueden considerarse las primeras sociedades "esclavistas" al estar sustentada su base económica por este sistema. El estatus social y el papel de los esclavos era considerado inferior o inexistente en relación a una persona libre. La sociedad de la Antigua Grecia tenía fundamentada filosóficamente la esclavitud que, para Aristóteles era la garantía indispensable para que los hombres libres pudieran dedicar su tiempo a la política y buen gobierno de la ciudad. En la Antigua Roma la práctica de la esclavitud se regula, en algunas ocasiones al mínimo detalle, estableciéndose la manumisión como fórmula de liberación de los esclavos, siempre con causa. Del siglo V a. C. al siglo I es la época de mayor implantación y extensión de la esclavitud. Las guerras de conquistas emprendidas por la República romana significaron la adquisición de demasiados esclavos, Estos protagonizaron tres guerras serviles y la última fue la más peligrosa (la de Espartaco) las rebeliones fueron una causa de la caída de la república.. Durante el Imperio romano empieza a remitir sobre todo por el agotamiento de las fuentes tradicionales de suministro de nuevos esclavos como resultado de la finalización de la expansión territorial romana (siglo I).



Edad Media



En Europa durante la Edad Media la esclavitud desaparece siendo sustituida por la servidumbre. Existe un intenso debate entre historiadores respecto a la cronología, las causas y las formas en que se produjo este hecho. Las posturas que sitúan la desaparición del sistema esclavista en fecha más temprana, en la época de las invasiones bárbaras del siglo V, serían las de los historiadores marxistas, incluido el propio Karl Marx; por otro lado autores como Georges Duby o Pierre Bonnassie, apoyados en una ingente documentación, la sitúan en el siglo XI, en medio de la llamada revolución feudal. Según este último autor el auge del esclavismo se daría en el siglo VII, en plena Alta Edad Media. En todo caso los siervos, a diferencia de los esclavos, eran libres, o más bien semi-libres, y gozaban de una serie de derechos pero estaban atados por compromisos de trabajo a la tierra y al señor feudal. En el mundo musulmán y en Bizancio también se mantuvo la tradición recogiendo las antiguas costumbres romanas. A finales del siglo XV, la esclavitud en Europa era muy reducida, aunque ello más por razones de escasez que por desarrollo moral o filosófico, ya que la misma fue trasladada y sumamente extendida en el nuevo continente por las potencias europeas.



La esclavitud en el mundo árabe










Comercio árabe de esclavos en diversas fuentes histográficas cifran en un periodo superior a un milenio la duración del comercio de esclavos por los árabes musulmanes, estimándose en más de diez millones las personas sometidas a esclavitud, y que en algunas zonas marginales del mundo islámico se mantienen bajo diversas formas de servidumbre.3 Los esclavos en el Mundo árabe tenían diversas procedencias, incluyendo el África subsahariana. De forma similar los árabes mantuvieron un importante tráfico de personas esclavizadas africanas, tanto a través de rutas cruzando el Sahara como a través de la costa oriental de África, fundamentalmente la Isla de Zanzíbar. Este comercio se extendió desde el siglo VII hasta el siglo XX y alcanzó proporciones similares o superiores al comercio negrero del Atlántico.



El comercio de personas esclavizadas africanas negras















El comercio triangular sirvió económicamente los intereses de las colonias americanas y era base del sistema de producción de las plantaciones así como del crecimiento pre-industrial en Europa. Se trata del camino de los barcos entre los puertos de Inglaterra, Portugal, España y Francia, hacia el Caribe, una vez cargados por la costa oeste de África. Con la llegada y conquista de América, por parte de los europeos, se trazaron planes de expansión que exigían mano de obra barata. En un principio se esclavizó a los pueblos indígenas americanos pero la legislación española se planteó muy pronto la solicitud de dicha práctica (gracias a los escritos de Bartolomé de las Casas y de la Escuela de Salamanca), e hizo que se importaran personas esclavizadas de África, que además tenían mayor resistencia física y a las enfermedades, especialmente las tropicales, comenzando así un comercio a gran escala de esclavos africanos: el comercio negrero.



Hacia el siglo XVII hubo un gran incremento en el número de esclavos debido a su importancia como mano de obra, en las explotaciones agrícolas de gran extensión (sistema de plantaciones) en América del Norte, del Sur y, principalmente, en el Caribe. Este incremento en el comercio negrero fue acompañado, en la mayoría de los casos, por una fuerte ideología racista: los negros eran considerados seres inferiores, asimilados frecuentemente a animales, sin tan siquiera poder ser considerados sujetos de derecho y por lo tanto considerados, jurídicamente, como cosas. Aunque especialmente, el debate estaba inicialmente en si los individuos de raza negra tienen alma humana, puesto que en caso afirmativo esta actividad sería considerada ilegal por la Iglesia, lo que llevó a un fuerte movimiento para afirmar que las personas de raza negra no tienen alma. En el caso de los indígenas de América se había decidido que tienen alma por lo que no se les podía esclavizar. De hecho era costumbre en muchas plantaciones explotar al esclavo bajo severas condiciones hasta su muerte, pues salía más barato comprar nuevos esclavos que mejorar sus condiciones de vida, existiendo asimismo seguros que cubrían los denominados accidentes. La fuente de esclavos fue África, y la Isla de Gorée, colonia francesa, fue el lugar preciso donde se estableció el mercado de esclavos, también conocido como el lugar sin retorno y donde se separaban definitivamente las familias desintegradas por la esclavitud.



Las cifras de la Trata



El número de personas esclavizadas procedentes de África varía, según distintas estimaciones entre los 10 y los 60 millones de personas entre los siglos XV y XIX. A los que hay que sumar los esclavizados en el mundo islámico (tanto europeos como africanos), en las culturas de la India y dentro de los estados africanos. Además en el Imperio de Malí cerca de 9 millones fueron traficados desde África Occidental al Magreb camino Sahara pero la mitad sobrevivió al viaje. Los musulmanes traficaron además entre 1 y 1,25 millones de españoles, italianos y griegos desde el Mediterráneo y los Balcanes a el Magreb y el Imperio Otomano. Los árabes traficaron millones de esclavos, 2,25 millones en Zanzíbar entre 1450 y 1700. A fines del siglo XIX en el Califato de Sokoto había de 2 a 2,5 millones de esclavos. En los años 30 la población esclava en Etiopía era de 2 millones en una población total de 8 a 16 millones, según la Anti-Slavery Society. En 1841 se estima que había 8 a 9 millones de esclavos en India, solo Malabar tenía un 15% de esclavos respecto al total de su población. Desde el principio de la colonización de EEUU unos 645.000 africanos eran exportados a aquella región como esclavos para las plantaciones. Se han realizado varios intentos para calcular el número de africanos deportados como esclavos.



La obra del historiador estadounidense Philip Curtin, ha rebajado mucho las cifras habitualmente citadas en el pasado, consideradas «hinchadas» por la propaganda abolicionista. Curtin ha calculado que fueron nueve millones los esclavos africanos traídos al Nuevo Mundo. Y ha advertido:



 «Una cifra global exacta sólo tiene un significado limitado en la historia. Hayan sido nueve, diez o quince millones, las proporciones de la trata desafían toda comparación. En términos de sufrimiento humano, dos millones de esclavos son ya una cifra tan espantosa que nada puede aumentar su horror».



También el historiador inglés Basil Davidson cree que fueron al menos diez millones los esclavos transportados a América, y a aquellos hay que añadir los que murieron durante el viaje. William Claypole y John Robottom, están de acuerdo con las cifras de Curtin y afirman:

«por cada esclavo que llegó vivo, al menos otro murió en el viaje».



Según el historiador británico Eric Hobsbawm la cifra de esclavos africanos transportados a América sería de un millón en el siglo XVI, tres millones en el XVII y durante el siglo XVIII llegaría a los 7 millones. Además el investigador Enrique Peregalli, calcula que habría que añadir un 25% de muertos durante las capturas y otro 25% durante el viaje por el Atlántico. Hay que incluir que hasta el 10% de los esclavos que trabajaban en plantaciones, minas y otros oficios morían cada año por las malas condiciones de vida y abusos laborales. El tráfico de esclavos logro un enorme desarrollo y crecimiento tanto para sus centros de exportación como de recepción; por ejemplo, Zanzíbar pasó de exportar 6.000 a 10.000 esclavos anuales en 1811 a 40.000 a 45.000 en 183915 o Cuba pasó de tener 199.145 esclavos en 1817 a 369.000 en 1867.15 Por su parte Luanda (en la actual Angola) hacía 1750 exportaba 5 a 10 mil esclavos por año y Abomey (capital del reino de Dahomey) enviaba cargamentos anuales de 20.000 a inicios del siglo XVIII pero cayó a 12.000 en los principios del siglo XIX. Hacía 1843 se estimaba que en Mogadiscio la población era de 5.000 personas, dos tercios de ellas eran esclavos (por lo que era llamada Ciudad de esclavos), y anualmente se exportaban cerca de 4.000 esclavos. Desde Senegal la cifra alcanzaba las 60.000 personas.



En cuanto a Mozambique, el número de esclavos llevados desde ahí a las islas del Indico son estimados en 495.439 entre 1720 y 1902.15. En el otro extremo del continente desde la costa de Guinea se exportaban cada año 40.000 esclavos durante el siglo XVI. En cuanto a la población esclava, ya en 1492 en España había 100.000 esclavos negros y bereberes. Durante el siglo XVI la Corona autorizó la introducción de 120.000 esclavos, aunque gracias al contrabando la cifra alcanzara hasta los 400.000 negros. En 1552 por su parte Lisboa estaba poblada por 10.000 esclavos (un 10% del total de la ciudad).20 En 1675 los ingleses tenían en sus colonias del Caribe más de 100.000 esclavos africanos frente a los apenas 5.000 de las colonias norteamericanas. El mayor receptor de esclavos fue sin duda Brasil, superando incluso al Caribe. Unos 12 millones de africanos fueron capturados y llevados a Brasil.  Unos 3 a 5 millones sobrevivieron el viaje y llegaron a destino. Solo entre 1781 y 1855 entraron 409.000 a Bahía, 1.314.900 negros al sur de esta y 390.000 al norte. Descontando al alto número de negros que moría cada año por las malas condiciones de vida el aporte demográfico neto fue de 2,2 a 3 millones de africanos.



Abolicionismo



A partir del siglo XVIII empiezan a ser importantes los movimientos abolicionistas de la esclavitud. Dos razones fundamentales existen para ello: el surgimiento de un nuevo orden filosófico y político a partir de las ideas de la Ilustración, que tienen su punto culminante en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 en la Revolución francesa, y el surgimiento de un nuevo orden económico a partir de la Revolución industrial que se iniciara en Inglaterra, que hizo que el sistema esclavista fuera menos conveniente que el sistema de trabajo remunerado. De hecho existe una correlación directa entre industrialización y abolicionismo. En la Francia revolucionaria, el 4 de febrero de 1794, bajo los Jacobinos, la Convención abole la esclavitud, aunque esta disposición sería revocada años más tarde por Napoleón.



El movimiento abolicionista en el Reino Unido comienza a ser desarrollado por los cuáqueros y muy especialmente por la actuación de Thomas Clarkson quien en 7 años recorrió 35.000 millas a caballo para dar a conocer los horrores del esclavismo. El hecho de que en 1831 se produjera en Jamaica la revuelta más importante en territorio Británico protagonizada por 20.000 esclavos liberados que quemaron más de 100 plantaciones, convenció al gobierno británico de la imposibilidad de mantener el régimen. La Convención sobre la Esclavitud, promovida por la Sociedad de Naciones y firmada el 25 de septiembre de 1926, entra en vigor desde el 9 de marzo de 1927. Termina oficialmente con la esclavitud y crea un mecanismo internacional para perseguir a quienes la practican. Las Naciones Unidas, como heredera de la Sociedad de Naciones, asumen los compromisos de la Convención.



En las nuevas naciones americanas la abolición, muchas veces precedida de la libertad de vientres, se produce durante el proceso independentista, en algunos casos y en otros durante los primeros años de la independencia. El primer país en el que se abolió la esclavitud fue Haití en 1803. En México fue Miguel Hidalgo, el 6 de diciembre de 1810, quien abolió la esclavitud. Le siguieron Chile (en 1811 por decreto del Gobierno de José Miguel Carrera y refrendado posteriormente en la Constitución de 1823) y las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1813. Entre los últimos países en abolir la esclavitud se encuentran Cuba, bajo dominio español, en 1888, y Brasil en 1888. Las revoluciones cubanas contra el dominio español de finales del siglo XIX se sustentaron en gran medida en el lento proceso de abolición de la esclavitud realizado por las autoridades españolas.



La esclavitud en la actualidad











A pesar de la entrada en vigor de la Convención sobre la Esclavitud y de estar 'oficialmente prohibida' en casi todos los países, la esclavitud sigue existiendo en gran escala, tanto en sus formas tradicionales como en forma de 'nueva esclavitud'. Según un estudio publicado en el año 2000 podría haber unos 27 millones de esclavos en todo el mundo.53 Uno de los países que mantienen la esclavitud y la protegen es Mauritania, contra cuyo gobierno se han alzado varias voces en 2005.



Así mismo en muchos lugares del mundo siguen existiendo zonas donde hay gran cantidad de personas viviendo en un régimen de esclavitud similar a los de la antigüedad. Sobre todo en zonas donde las administraciones prácticamente no existen, no llegan fácilmente o no se oponen y luchan contra ella debido a la corrupción de los funcionarios que deben controlarla, como en la Selva Amazónica por ejemplo.  Según el Departamento de Estado de USA, en la actualidad existen entre 90.000 y 300.000 personas esclavas en Sudán. Estos esclavos, hoy por hoy, son comprados y vendidos en unos modernos mercados de esclavos. En 1989, una mujer o un niño de la tribu Dinka costaban unos 90 dólares. Varios meses después, el precio cayó hasta los 15 dólares, ya que la oferta era muy superior. Se les obliga a cambiar su religión, y a convertirse al Islam. Les cambian sus nombres por otros nombres árabes, y son forzados a hablar una lengua que no conocen. La organización humanitaria Christian Solidarity International lleva, desde 1995, comprando esclavos para liberarlos, pagando 50 dólares por cada uno, reflexionando sobre la relación entre esclavitud y capitalismo, el economista liberal Lester Thurow sostiene que:



Democracia y capitalismo parten de creencias muy diferentes sobre la adecuada distribución del poder. La primera se basa en la distribución equitativa del poder político, «un hombre, un voto», mientras que el capitalismo cree que es deber de los económicamente aptos expulsar a los no aptos fuera del negocio y eliminarlos. La «supervivencia del más apto» y las desigualdades en el poder de compra son la base de la eficiencia capitalista. Lo primero es el lucro personal y por tanto las empresas se hacen eficientes para enriquecerse. Para decirlo en su forma más cruda, el capitalismo es perfectamente compatible con la esclavitud, la democracia no. En muchas partes del mundo se dan casos de esclavitud relacionada con la explotación sexual. El especismo es una postura filosófica que considera que el uso de animales para cualquier fin por parte de los humanos, y su mera posesión, es también una forma de esclavitud.



RUTA DE LA ESCLAVITUD



La trata negrera ilustra dramáticamente el encuentro entre la historia y la geografía. Esta tragedia, que duró casi cuatro siglos, es una de las más grandes empresas de deshumanización en la historia de la Humanidad. Se erige además como una de las primeras formas de mundialización. Empresa comercial y económica, el sistema esclavista instaurado terminó ligando muchas regiones y continentes: Europa, Africa, Océano Indio, el Caribe, América. La trata se apoya en una ideología, la construcción intelectual del desprecio al hombre negro, sirviendo a justificar la venta de seres humanos - en la ocurrencia el hombre negro africano - como "bienes  mobiliarios", tal como lo definían los Códigos Negros, que constituyen su marco jurídico. La historia de esta tragedia ocultada, de sus causas profundas, sus modalidades y sus consecuencias debe todavía escribirse. Es el objetivo fundamental encomendado por los Estados Miembros de la UNESCO al proyecto La Ruta del Esclavo. Están en juego la verdad histórica, los derechos humanos, el desarrollo. La noción de "ruta" significa ante todo esclarecimiento de los itinerarios de la inhumanidad, es decir del recorrido del comercio triangular. Es en ese sentido que la geografía sirve a esclarecer la historia. El mapa del comercio triangular da sustancia, en efecto, no solamente a esta primera forma de mundialización, sino que aclara, por sus recorridos, sobre las motivaciones y los objetivos del comercio esclavista. Estos mapas de la trata negrera son un primer esbozo, basado en datos históricos disponibles del comercio triangular y la esclavitud, y deberán ser completados a medida que las redes temáticas de investigadores, creadas por la UNESCO, actualicen mediante la utilización de archivos de la tradición oral los estratos profundos del iceberg. Solo entonces será posible comprender que la trata negrera es la materia invisible de las relaciones entre Africa, Europa, el Océano Indio, las Américas y el Caribe. Esto es sin duda la esclavitud negra en la América española. 



La corona castellana insistía en que el indio no podía ser esclavizado por tratarse jurídicamente de súbditos de la corona castellana y lógicamente, Castilla no iba a esclavizar a sus súbditos.



La realidad es que, en el fondo, haberlo hecho habría sido contravenir las burlas, papeles alejandrinas por las que sé que otorgaba el monopolio de explotación-colonización de las nuevas tierras a Castilla, y el esclavizar a la población en lugar de adoctrinarla en la religión católica habría supuesto automáticamente la pérdida del citado monopolio. El indio por tanto, de acuerdo a la ley debía disfrutar de libertad personal. Con todo, como sabemos, el indígena fue empleado en actividades como la Encomienda, que rozaban la consideración de esclavitud, en la práctica, pero que legalmente no lo era. El negro era “otro asunto”. El negro era súbdito de reyes independientes africanos. Los europeos visitaban Africa como comerciantes, no como soberanos y si los gobernantes africanos al guerrear entre si, hacían prisioneros y los esclavizaban e incluso comercializaban con ellos, no era responsabilidad de los europeos plantearse el derecho de libertad para aquellos esclavos. Lo que se exigía, hipócritamente desde las monarquías europeas, en especial la española, era que los esclavos procedieran de “guerras justas” entre los soberanos africanos, no que fueran producto de cacería para comercio (como en la práctica sucedió). Obviamente, en los puertos africanos, nadie se interesaba mucho por descubrir cuál era el motivo que había convertido en esclavos a aquellas personas.



Regiones africanas de trata de negros



Aunque llegaron esclavos de las más diversas regiones de África, la inmensa mayoría provenían de la Costa Occidental, de Senegal a Angola; sobre todo de la región al norte del río Congo. Geográficamente, las culturas de los negros esclavizados pueden localizarse como:







Ø  Área del Sudán Occidental (Culturas Sudanesas)



o   Tribus de los ríos de Guinea 



o   Tribus de los ríos de Sierra Leona



Ø  Subarea de la Guinea (Culturas Sudanesas)



Ø  c) Tribus de los ríos de Malagueta



Ø  d) Tribus de la Costa de Mina



Ø  e) Tribus Carabalí



Ø  Área del Congo (Culturas Bantú)



Ø  f) Tribus del Congo



Ø  g) Tribus de Angola.





La entrada de los países europeos en la trata de esclavos africanos en el siglo XV inicia una nueva etapa, cenagosa, en la devastación de África, en la creación de prejuicios raciales, en la deshumanización y conversión del ser humano en mercancía. La llegada de los europeos a América expandió en dimensiones antes insospechadas la trata de negros con consecuencias funestas para África. Se inicia así un capítulo de la historia occidental que ha de durar cuatro siglos. La explotación de las minas y el rápido desarrollo de los ingenios de azúcar en América, unido a la drástica disminución de la población aborigen (por las guerras, por el trabajo forzado, por las enfermedades, por masacres), acrecentó la falta de obra de mano y el aumento acelerado de una dependencia, en el orden económico, en la importación de esclavos negros. Para finales del siglo XVI, la población aborigen de las islas caribeñas había casi totalmente desaparecido y la economía dependía ahora de una población en su mayoría esclava.



Por ello decidieron crear en 1660 su primera compañía comercial dedicada al tráfico negrero: la Real Compañía de Africa. El objeto de esta compañía era suministrar 3.000 esclavos anualmente a las colonias azucareras inglesas. La Real Compañía de Africa no fue todo lo lucrativa que se esperaba, sufrió pérdidas por tres motivos, que de hecho eran los mismos que afectaban las compañías de tráfico de esclavos en general. La compañía inglesa podía haber recurrido a la venta de esclavos en colonias españolas, con lo que habría ganado más que en sus propias colonias, pero estaba legalmente prohibido el acceso de buques ingleses a puertos de la América española. Podía ser solución que buques españoles se acercaran a Jamaica a adquirir esclavos para transportarlos en sus propios buques a  puertos coloniales españoles, pero igualmente estaba prohibido que barcos ingleses recalaran en puertos coloniales británicos. Pero los ingleses, fueron prácticos en este sentido y en 1663 decidieron, a través de orden de Carlos II, dar dispensa especial para que buques españoles se pudieran acercar a puertos de las Antillas inglesas para la compra de esclavos a la Real Compañía de Africa.



PERIODO DE TRASCISIÓN



La Antigüedad tardía es el periodo de transición entre Edad Antigua y la Edad Media; las dos primeras divisiones de la periodización tradicional del tiempo histórico que se suelen aplicar a la Historia de la civilización occidental. Cronológicamente cubriría el periodo que va desde la crisis del siglo III, que marca el comienzo de la descomposición de la Antigüedad clásica, hasta la expansión musulmana y la constitución del Imperio carolingio (finales del siglo VIII), procesos que representaron el asentamiento definitivo del mundo medieval.



Henri Pirenne (Mahoma y Carlomagno) puede considerarse el creador del concepto, al poner de manifiesto lo esencial que para la caracterización definitiva de lo medieval significaron dos grandes acontecimientos: el Imperio de Carlomagno y la llegada del Islam a Europa; y los procesos que acarrearon: la ruptura de la unidad de la cuenca del Mediterráneo (en lo económico y en lo ideológico, una verdadera frontera de civilizaciones) y el cierre en sí misma de Europa Occidental o Cristiandad latina (previamente separada de la Cristiandad oriental del Imperio bizantino), donde se llevarán a su culminación las formas económicas, sociales, políticas e ideológicas de lo que se ha venido en llamar feudalismo y que venían desarrollándose desde el inicio de este periodo, quinientos años antes.

Distintas interpretaciones



Para los historiadores materialistas (Perry Anderson, Transiciones de la Antigüedad al Feudalismo), el periodo de la Antigüedad tardía coincidiría con la transición del modo de producción esclavista al modo de producción feudal. Algunos autores culturalistas hacen llegar la Antigüedad tardía europea hasta los siglos VI y VII, mientras que, en lo político, los partidarios de la escuela marcionista francesa la extienden hasta algún momento entre los siglos IX y XI, cuando el Estado central, la propiedad pública y los impuestos dieron lugar al feudalismo y sus censos.



Antigüedad tardía como transición



Habría sido un amplio periodo de transición en todos los ámbitos: en lo económico para la transición entre el modo de producción esclavista y el modo de producción feudal; en lo social, para la desaparición del concepto de ciudadanía romana y la definición de los estamentos medievales, en lo político para la descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio romano que dio paso a una dispersión del poder; y en lo ideológico y cultural para la absorción y sustitución de la cultura clásica por las teocéntricas culturas cristiana o islámica (cada una en su espacio).



El inicio del proceso



Aunque se han propuesto varias fechas para el inicio de la Edad Media, de las cuales la más extendida es la del año 476, lo cierto es que no podemos ubicar su inicio de una forma tan exacta ya que la Edad Media no nace, sino que "se hace" a consecuencia de todo un largo y lento proceso que se extiende por espacio de cinco siglos y que provoca cambios enormes a todos los niveles de una forma muy profunda que incluso repercutirán hasta nuestros días. Podemos considerar que ese proceso empieza con la crisis del siglo III, vinculada a los problemas de reproducción inherentes al modo de producción esclavista, que necesitaba una expansión imperial continua que ya no se producía tras la fijación del limes romano. Posiblemente también confluyeran factores climáticos para la sucesión de malas cosechas y epidemias; y de un modo mucho más evidente las primeras invasiones germánicas y sublevaciones campesinas (vaguadas), en un periodo en que se suceden muchos breves y trágicos mandatos imperiales. Desde Caracalla la ciudadanía romana estaba extendida a todos los hombres libres del Imperio, muestra de que tal condición, antes tan codiciada, había dejado de ser atractiva. El Bajo Imperio adquiere un aspecto cada vez más medieval desde principios del siglo IV con las reformas de Diocleciano: difuminación de las diferencias entre los esclavos, cada vez más escasos, y los colonos, campesinos libres, pero sujetos a condiciones cada vez mayores de servidumbre, que pierden la libertad de cambiar de domicilio, teniendo que trabajar siempre la misma tierra; herencia obligatoria de cargos públicos -antes disputados en reñidas elecciones- y oficios artesanales, sometidos a colegiación -precedente de los gremios-, todo para evitar la evasión fiscal y la despoblación de las ciudades, cuyo papel de centro de consumo y de comercio y de articulación de las zonas rurales cada vez es menos importante. Al menos, las reformas consiguen mantener el edificio institucional romano, aunque no sin intensificar la ruralización y aristocratización (pasos claros hacia el feudalismo), sobre todo en Occidente, que queda desvinculado de Oriente con la partición del Imperio. Otro cambio decisivo fue la implantación del cristianismo como nueva religión oficial por el Edicto de Tesalónica de Teodosio I el Grande, precedido por el Edicto de Milán, con el que Constantino I el Grande recompensó a los hasta entonces subversivos por su providencialista ayuda en la Batalla del Puente Milvio, junto con otras presuntas cesiones más temporales cuya fraudulenta reclamación (Pseudo-donación de Constantino) fue una constante de los Estados Pontificios durante toda la Edad Media, incluso tras la evidencia de su refutación por el humanista Lorenzo Valla.



Ningún evento concreto -a pesar de la abundancia y concatenación de hechos catastróficos- determinó por sí mismo el fin de la Edad Antigua y el inicio de la Edad Media: ni los sucesivos saqueos de Roma (por los godos de Alarico I en el 410, por los vándalos en el 455, por las propias tropas imperiales de Ricimero en 472, por los ostrogodos en 546), ni la pavorosa irrupción de los hunos de Atila (450-452, con la Batalla de los Campos Cataláunicos y la extraña entrevista con el papa León I el Magno), ni el derrocamiento de Rómulo Augústulo (último emperador romano de Occidente, por Odoacro el jefe de los hérulos -476-); fueron sucesos que sus contemporáneos consideraran iniciadores de una nueva época. La culminación a finales del siglo V de una serie de procesos de larga duración, entre ellos la grave dislocación económica, las invasiones y el asentamiento de los pueblos germanos en el Imperio romano, hizo cambiar la faz de Europa. Durante los siguientes 300 años, la Europa Occidental mantuvo un período de unidad cultural, inusual para este continente, instalada sobre la compleja y elaborada cultura del Imperio romano, que nunca llegó a perderse por completo, y el asentamiento del cristianismo. Nunca llegó a olvidarse la herencia clásica grecorromana, y la lengua latina, sometida a transformación (latín medieval), continuó siendo la lengua de cultura en toda Europa occidental, incluso más allá de la Edad Media. El derecho romano y múltiples instituciones continuaron vivas, adaptándose de uno u otro modo. Lo que se operó durante ese amplio periodo de transición (que puede darse por culminado para el año 800, con la coronación de Carlomagno) fue una suerte de fusión con las aportaciones de otras civilizaciones y formaciones sociales, en especial la germánica y la religión cristiana. En los siglos siguientes, aún en la Alta Edad Media, serán otras aportaciones las que se añadan, destacadamente el Islam.



FEUDALISMO



Se denomina feudalismo a la organización social, política y económica basada en el feudo que predominó en la Europa occidental entre los siglos IX y XV. Se trataba de propiedades de terrenos cultivados principalmente por siervos, parte de cuya producción debía ser entregada en concepto de "censo" (arriendo) al amo de las tierras, en la mayoría de los casos un pequeño noble (señor) nominalmente leal a un rey.



Existen en general dos definiciones de feudalismo:



Definición institucionalista: Designa un conjunto de instituciones que respaldan compromisos generalmente militares, entre un hombre libre, el vasallo, y un hombre libre en situación superior. El primero recibe del segundo un feudo (feodum, feudum) para su mantenimiento.



También puede definirse el feudalismo como, un conjunto de instituciones que crean y rigen obligaciones de obediencia y servicio –principalmente militar– por parte de un hombre libre, llamado “vasallo”, hacia un hombre libre llamado “señor”, y obligaciones de protección y sostenimiento por parte del “señor” respecto del “vasallo”, dándose el caso de que la obligación de sostenimiento tuviera la mayoría de las veces como efecto la concesión, por parte del señor al vasallo, de un bien llamado “feudo”.



Definición marxista: Un modo de producción con unas peculiares formas de relación socioeconómica, situado entre el esclavismo de la Antigüedad y el capitalismo moderno. Concretamente, se lo entiende como un conjunto de relaciones de producción y dependencia entre el campesino y el señor, propietario de la tierra que aquél usufructúa, en un momento de predominio de la agricultura como fuente de riqueza.



Un sistema bajo el cual el status económico y la autoridad estaban asociados con la tenencia de la tierra y en el que el productor directo (que a su vez era poseedor de algún terreno) tenía la obligación, basada en la ley o el derecho consuetudinario, de dedicar cierta parte de su trabajo o de su producción en beneficio de su superior feudal. Así mismo, se puede entender también como la ruptura de todas las estructuras de poder Antiguo, en un sistema de fragmentación de la tierra donde el Señor es juez, administrador y militar de la misma. Todos los señores responden al monarca. Los campesinos ofrecen sus servicios y labran la tierra a cambio de la protección del señor feudal, y entre los señores se forman las relaciones feudovasalláticas antes mencionadas.



En materia del proyecto político centralizador de Carlomagno llevó, en ausencia de ese contrapeso, a la formación de un sistema político, económico y social que los historiadores ha convenido en llamar feudalismo, aunque en realidad el nombre nació como un peyorativo para designar del Antiguo Régimen por parte de sus críticos ilustrados. La Revolución francesa suprimió solemnemente "todos los derechos feudales" en la noche del 4 de agosto de 1789 y "definitivamente el régimen feudal", con el decreto del 11 de agosto. Los partidarios de un uso restringido, argumentando la necesidad de no confundir conceptos como feudo, villae, tenure, o señorío lo limitan tanto en espacio (Francia, Oeste de Alemania y Norte de Italia) como en el tiempo: un "primer feudalismo" o "feudalismo carolingio" desde el siglo VIII hasta el año 1000 y un "feudalismo clásico" desde el año 1000 hasta el 1240, a su vez dividido en dos épocas, la primera, hasta el 1160 (la más descentralizada, en que cada señor de castillo podía considerarse independiente); y la segunda, la propia de la "monarquía feudal"). Habría incluso "feudalismos de importación": la Inglaterra normanda desde 1066 y los estados latinos de oriente creados durante las Cruzadas (siglos XII y XIII). Otros prefieren hablar de "régimen" o "sistema feudal", para diferenciarlo sutilmente del feudalismo estricto, o de síntesis feudal, para marcar el hecho de que sobreviven en ella rasgos de la antigüedad clásica mezclados con contribuciones germánicas, implicando tanto a instituciones como a elementos productivos, y significó la especificidad del feudalismo europeo occidental como formación económico social frente a otras también feudales, con consecuencias trascendentales en el futuro devenir histórico. Más dificultades hay para el uso del término cuando nos alejamos más: Europa Oriental experimenta un proceso de "feudalización" desde finales de la Edad Media, justo cuando en muchas zonas de Europa Occidental los campesinos se liberan de las formas jurídicas de la servidumbre, de modo que suele hablarse del feudalismo polaco o ruso. El Antiguo Régimen en Europa, el Islam medieval o el Imperio bizantino fueron sociedades urbanas y comerciales, y con un grado de centralización política variable, aunque la explotación del campo se realizaba con relaciones sociales de producción muy similares al feudalismo medieval. Los historiadores que aplican la metodología del materialismo histórico (Marx definió el modo de producción feudal como el estadio intermedio entre el esclavista y el capitalista) no dudan en hablar de "economía feudal" para referirse a ella, aunque también reconocen la necesidad de no aplicar el término a cualquier formación social preindustrial no esclavista, puesto que a lo largo de la historia y de la geografía han existido otros modos de producción también previstos en la modelización marxista, como el modo de producción primitivo de las sociedades poco evolucionadas, homogéneas y con escasa división social -como las de los mismos pueblos germánicos previamente a las invasiones- y el modo de producción asiático o despotismo hidráulico -Egipto faraónico, reinos de la India o Imperio chino- caracterizado por la tributación de las aldeas campesinas a un estado muy centralizado. En lugares aún más lejanos se ha llegado a utilizar el término feudalismo para describir una época. Es el caso de Japón y el denominado feudalismo japonés, dadas las innegables similitudes y paralelismos que la nobleza feudal europea y su mundo tiene con los samuráis y el suyo.



Antecedentes



El sistema feudal europeo tiene sus antecedentes en el siglo V, al caer el Imperio romano. El colapso del Imperio acaeció básicamente por su extensión y la incapacidad del emperador para controlar todas sus provincias, sumado a las cada vez más numerosas incursiones de pueblos bárbaros que atacaban y saqueaban las provincias más retiradas del imperio. Esto provocó que los emperadores necesitaran gente para defender sus grandes terrenos y contrataran caballeros o nobles (precursores del modelo de señor feudal), éstos contrataran vasallos, villanos, etc. Se llegó incluso a contratar a jefes y tropas mercenarias de los mismos pueblos "bárbaros".



A partir del siglo X no queda resto de imperio alguno sobre Europa. La realeza, sin desaparecer, ha perdido todo el poder real y efectivo, y sólo conserva una autoridad sobrenatural remarcada por las leyendas que le atribuyen carácter religioso o de intermediación entre lo divino y lo humano. Así, el rey no gobierna, sino que su autoridad viene, a los ojos del pueblo, de Dios, y es materializado e implementado a través de los pactos de vasallaje con los grandes señores, aunque en realidad son éstos quienes eligen y deponen dinastías y personas. En el plano micro, los pequeños nobles mantienen tribunales feudales que en la práctica compartimentalizan el poder estatal en pequeñas células.



Un nuevo poder



La Iglesia Católica abarcadora de todos los bienes llamados limosnas, conocedora de la fragilidad de los reinos y del poder que ella misma tiene en esa situación, durante los concilios de Charroux y de Puy consagra a los prelados y señores como jefes sociales y sanciona con graves penas la desobediencia de estas normas. Los señores, a partir de ese momento, "reciben el poder de Dios" y deben procurar la paz entre ellos, pacto que debe renovar generación tras generación. En los países donde la dominación romana duró más tiempo (Italia, Hispania, Provenza), las ciudades se conservan, si bien con menor importancia numérica, pero a salvo de señoríos. En los países, más al norte, donde los romanos se asentaron menos tiempo o con menor intensidad, la reducción de la población en las ciudades llegó a hacer desaparecer los pocos núcleos importantes que había y el feudalismo se implanta con más fuerza. La sociedad se encuentra entonces con tres órdenes que, según la propia Iglesia, son mandatos de Dios y, por tanto, fronteras sociales que nadie puede cruzar. La primera clase u orden es la de los que sirven a Dios, cuya función es la salvación de todas las almas y que no pueden encomendar su tiempo a otra tarea. La segunda clase es la de los combatientes, aquellos cuya única misión es proteger a la comunidad y conservar la paz. La tercera clase es la de los que laboran, que con su esfuerzo y trabajo deben mantener a las otras dos clases.



El vasallaje y el feudo



Dos instituciones eran claves para el feudalismo: por un lado el vasallaje como relación jurídico-política entre señor y vasallo, un contrato sinalagmático (es decir, entre iguales, con requisitos por ambas partes) entre señores y vasallos (ambos hombres libres, ambos guerreros, ambos nobles), consistente en el intercambio de apoyos y fidelidades mutuas (dotación de cargos, honores y tierras -el feudo- por el señor al vasallo y compromiso de auxilium et consilium -auxilio o apoyo militar y consejo o apoyo político-), que si no se cumplía o se rompía por cualquiera de las dos partes daba lugar a la felonía, y cuya jerarquía se complicaba de forma piramidal (el vasallo era a su vez señor de vasallos); y por otro lado el feudo como unidad económica y de relaciones sociales de producción, entre el señor del feudo y sus siervos, no un contrato igualitario, sino una imposición violenta justificada ideológicamente como un quid pro quo de protección a cambio de trabajo y sumisión.



Por tanto, la realidad que se enuncia como relaciones feudo-vasalláticas es realmente un término que incluye dos tipos de relación social de naturaleza completamente distinta, aunque los términos que las designan se empleaban en la época (y se siguen empleando) de forma equívoca y con gran confusión terminológica entre ellos:



El vasallaje era un pacto entre dos miembros de la nobleza de distinta categoría. El caballero de menor rango se convertía en vasallo (vassus) del noble más poderoso, que se convertía en su señor (dominus) por medio del Homenaje e Investidura, en una ceremonia ritualizada que tenía lugar en la torre del homenaje del castillo del señor. El homenaje (homage) -del vasallo al señor- consistía en la postración o humillación -habitualmente de rodillas-, el osculum (beso), la inmixtio manum -las manos del vasallo, unidas en posición orante, eran acogidas entre las del señor-, y alguna frase que reconociera haberse convertido en su hombre. Tras el homenaje se producía la investidura -del señor al vasallo-, que representaba la entrega de un feudo (dependiendo de la categoría de vasallo y señor, podía ser un condado, un ducado, una marca, un castillo, una población, o un simple sueldo; o incluso un monasterio si el vasallaje era eclesiástico) a través de un símbolo del territorio o de la alimentación que el señor debe al vasallo -un poco de tierra, de hierba o de grano- y del espaldarazo, en el que el vasallo recibe una espada (y unos golpes con ella en los hombros), o bien un báculo si era religioso.



El homenaje y la investidura

El homenaje era un ritual por el que un señor concedía un feudo a otro hombre de la clase privilegiada a cambio de unos servicios y prestaciones, generalmente de orden militar. La figura del Homenaje adquiere mayor relevancia entre los siglos XI al XIII, destinándose la parte más noble del castillo para ello, la torre, y en el ceremonial participaban dos hombres: el vasallo que, arrodillado, destocado y desarmado frente al señor6 con las manos unidas en prueba de humildad y sometimiento, espera que éste le recoja y lo alce, dándose ambos un reconocimiento mutuo de apoyo y un juramento de fidelidad. El señor le entregará el feudo en pago por sus servicios futuros, que generalmente consistía en bienes inmuebles: Grandes extensiones de terreno, casi siempre de labranza. El juramento y el vasallaje será de por vida. Sin embargo, el señor feudal tenía derecho a revocar el feudo a su vasallo si éste no se comportaba como tal, o demostraba algún signo de deslealtad, como conspirar contra él, no cumplir entregando las tropas de su feudo en caso de guerra, etc., ya que cometía el delito de felonía. A un felón se le consideraba un mal vasallo y una persona de la que desconfiar. En el sistema feudal, la felonía era una terrible mancha de por vida en la reputación de un caballero.



La organización del feudo



La encomienda, encomendación o patrocinio no eran más que pactos teóricos entre los campesinos y el señor feudal, que podían también ritualizarse en una ceremonia o -más raramente- dar lugar a un documento. El señor acogía a los campesinos en su feudo, que se organizaba en una reserva señorial que los siervos debían trabajar obligatoriamente (sernas o corveas) y en el conjunto de las pequeños terrenos para explotaciones familiares (o mansos feudales) que se atribuían en el feudo a los campesinos para que pudieran subsistir. Obligación del señor era protegerles si eran atacados, y mantener el orden y la justicia en el feudo. A cambio, el campesino se convertía en su siervo y pasaba a la doble jurisdicción del señor feudal: en los términos utilizados en España en la Baja Edad Media, el señorío territorial, que obligaba al campesino a pagar rentas al noble por el uso de la tierra; y el señorío jurisdiccional, que convertía al señor feudal en gobernante y juez del territorio en el que vivía el campesino, por lo que obtenía rentas feudales de muy distinto origen (impuestos, multas, monopolios, etc.). La distinción entre propiedad y jurisdicción no era en el feudalismo algo claro, pues de hecho el mismo concepto de propiedad era confuso, y la jurisdicción, otorgada por el rey como merced, ponía al señor en disposición de obtener sus rentas. No existieron señoríos jurisdiccionales en los que la totalidad de las parcelas pertenecieran como propiedad al señor, siendo muy generalizadas distintas formas de alodio en los campesinos. En momentos posteriores de despoblamiento y refeudalización, como la crisis del siglo XVII, algunos nobles intentaban que se considerasen despoblados completamente de campesinos un señorío para liberarse de todo tipo de cortapisas y convertirlo en coto redondo reconvertible para otro uso, como el ganadero.



Junto con el feudo, el vasallo recibe los siervos que hay en él, no como propiedad esclavista, pero tampoco en régimen de libertad; puesto que su condición servil les impide abandonarlo y les obliga a trabajar. Las obligaciones del señor del feudo incluyen el mantenimiento del orden, o sea, la jurisdicción civil y criminal (mero e mixto imperio en la terminología jurídica reintroducida con el Derecho Romano en la Baja Edad Media), lo que daba aún mayores oportunidades para obtener el excedente productivo que los campesinos pudieran obtener después de las obligaciones de trabajo, corveas o sernas en la reserva señorial o del pago de renta, en especie o en dinero, de circulación muy escasa en la Alta Edad Media, pero más generalizada en los últimos siglos medievales, según fue dinamizándose la economía. Como monopolio señorial solían quedar la explotación de los bosques y la caza, los caminos y puentes, los molinos, las tabernas y tiendas. Todo ello eran más oportunidades de obtener más renta feudal, incluidos derechos tradicionales, como derecho de pernada, que se convirtió en un impuesto por matrimonios, buena muestra de que es en el excedente de donde se extrae la renta feudal de forma extraeconómica (en este caso en la demostración de que una comunidad campesina crece y prospera).



Los estamentos sociales.- La división en tres órdenes se subdividía a su vez en estamentos compactos y perfectamente delimitados. En una primera división, se encuentra el grupo de los privilegiados, todos ellos señores, eclesiásticos o caballeros. En la cúspide se hallaba el Rey, después el Alto Clero integrado por arzobispos, obispos y abades y el Bajo Clero formado por los curas y sacerdotes, y por último la nobleza. Es este grupo de privilegiados el que forma los señores y los caballeros, éstos últimos a su vez podían ser señores de otros caballeros, dependiendo de su poder y de la capacidad de su-infeudar sus tierras. El Alto Clero, además de las tareas que dentro de los tres órdenes le habían sido encomendadas, la guía espiritual y sostener la doctrina moral que mantenía el feudalismo, podían ser a su vez señores y entregar parte de sus bienes para la defensa de su comunidad. Los privilegiados no pagaban impuestos.



Los no privilegiados eran la burguesía, los artesanos, los sirvientes y los campesinos, que se subdividían a su vez en colonos y aldeanos. A éstos correspondía el sometimiento a la tierra y, por tanto, a quien de ella dependiera, trabajándola y entregando una parte de sus frutos al señor, o bien, en el caso de artesanos y burgueses, debían obediencia a quien les garantizaba la defensa de la ciudad y la entrega de bienes o dinero.



Los eclesiásticos



Cruz de Calatrava, emblema de la Orden de Calatrava, organización religioso-militar fundada en 1158 en Castilla. El Alto Clero estuvo siempre dominado por el episcopado, cuyos poderes terrenales eran equiparables a los de cualquier señor laico. En un primer momento, los monjes, todos pertenecientes al Bajo Clero, quedaban dentro del ámbito de poder de los obispos; más tarde, serían los abades quienes terminarían por delimitar su autoridad sobre los miembros de las órdenes monásticas, quedando los sacerdotes en el ámbito de la diócesis episcopal. En las abadías, se fueron perfilando modelos distintos: por un lado, aquéllas que no eran poseedoras de grandes propiedades y que dependían para su supervivencia de las limosnas de los fieles, y de algunos predios entregados por los señores del lugar para garantizar el sustento de la comunidad religiosa. La necesidad de dinero favorece que sea en este instante en el que la figura de la limosna es ensalzada como deber fundamental para el creyente y camino para la salvación del alma. Otros monasterios poseían extensas propiedades y el abad actuaba como un señor feudal, en algunos casos incluso nombrando caballeros que le protejan o favoreciendo la creación de órdenes religioso-militares de gran poder. Sea como fuere, en éstos el dinero proviene de las rentas que son entregadas por los siervos, generalmente en especie, así como de las aportaciones, muchas de ellas generosas, y a veces interesadas, de otros señores. La necesidad de mantener una buena relación con el abad de un monasterio poderoso favorecerá que otros señores entreguen ofrendas de alto valor y ayuden a la construcción y embellecimiento de iglesias y catedrales que simbolizaban el poder.



La caballería



Armadura y armas de los caballeros, generalmente aportadas por el señor en la Investidura. La obligación primordial del vasallo era cumplir con los deberes militares, sobre todo la defensa del señor y sus bienes, pero también la defensa del propio feudo y de los siervos que en él se encontraban. Una obligación pareja era aportar una parte mínima de los tributos recaudados al señor para engrandecer sus propiedades. El caballero no tenía en realidad un dueño, ni estaba sometido a poder político alguno, de ahí que se encontrasen caballeros que luchaban en las filas de un rey un día, y al siguiente en las de otro. Su deber real era para con el señor a quien le unía un espíritu de camaradería. En el siglo IX aún se usaba el término milites para hacer referencia a los caballeros, aunque pronto los idiomas locales fueron gestando términos propios que se agrupaban en "jinetes" o "caballeros". Su importancia fue en aumento al prescindirse cada vez más de la infantería. El caballero debía proveerse de caballo, armadura y armas, y disponer de tiempo de ocio para cumplir su misión. En este momento ya no importa la fortuna, sino la ascendencia, creándose diferencias notables entre los mismos. Los más pobres disponen de un pequeño terreno, y ocupan su tiempo entre las labores propias del campesino y la guerra. Los más poderosos, que disponen de tierras y fortuna, comenzarán a formar la auténtica nobleza, concentrando poder económico y militar.



La caballería en los reinos de Hispania



En los reinos peninsulares, los reyes, siempre necesitados de tropa para enfrentarse a los moros, promueven la caballería entre sus súbditos de modo muy sencillo: Se denominaba caballero aquél capaz de mantener un caballo, cosa para la que se requería una mínima fortuna, pues el caballo no sirve para las tareas del campo. Al cabo de tres o cuatro generaciones, manteniendo un caballo, se adquiría la calidad de hidalgo (hijo de alguien). Ésta es la razón por la que Alonso Quijano, don Quijote, tuviera un caballo flaco: para seguir llamándose hidalgo y el hecho de que quisiera ser armado "caballero", una burla más de Cervantes que entendían quienes, en la época, sabían que hidalgo era más que caballero, tener un caballo suponía poder participar en las guerras del rey y, comportándose valientemente, optar a la posibilidad de que el rey le concediera mercedes.



Esta organización, mucho más permeable socialmente, tuvo dos consecuencias:



·         Fortalecer el poder real frente a los nobles, puesto que el rey tenía ejércitos sin necesitar su ayuda.

·         Hacer más fuerte el poder real, hacer más poderoso el país.



Los no privilegiados



El conjunto de laicos libres que no pertenecen a la reducida categoría caballeresca son los no privilegiados en cuyo trabajo descansa el orden económico del feudalismo.



El más numeroso grupo lo forman los campesinos libres, que trabajan la tierra, generalmente ajena, o pequeñas parcelas propias. Entre éstos sigue habiendo diferencias, según se sea labrador que dispone de una yunta de bueyes o mero peón. En algún caso singular, campesinos libres llegan a poseer grandes extensiones que les permitirán más tarde llegar a la condición de terratenientes y, de ahí, a nobles, pero serán situaciones excepcionales. En cualquier caso, lo que les distingue como estamento, como siervos, es su situación de dependencia frente a un señor que no han elegido y que tiene sobre ellos el poder de distribuir la tierra, administrar justicia, determinar los tributos, exigirles obligaciones militares de custodia y protección del castillo y los bienes del señor y apropiarse como renta feudal de una parte sustancial del excedente, en trabajo, en especie (porcentajes de la cosecha) o dinero.



Los villanos



Se les daba este nombre a los habitantes de las villas dedicados a la agricultura. Se distinguían dos clases:



Los siervos.- no eran dueños de sus tierras. Formaban parte de la tierra, por lo cual se les llamaba siervos de la gleba. No podían abandonar la tierra sin consentimiento del señor, lo mismo para contraer matrimonio. Se les podía vender junto con la tierra. Tenían, además, que pagar por la tierra que cultivaban y servir gratis al señor.



Los campesinos.- libres podían cambiar de lugar, contraer matrimonio, transmitir sus bienes. Sin embargo, estaban obligados al servicio militar y a pagarle al señor impuestos en dinero o en especie por el uso de la tierra. La vida de los villanos era muy dura. A menudo se veían acosados por el hambre y la peste. El sistema feudal, desde el punto de vista político, inicia su decadencia al comenzar las Cruzadas. Aun cuando desde el punto vista social y económico en algunos países persiste hasta nuestros días. El predominio absolutista de los reyes y con la adquisición de libertades por parte de las ciudades termina de poner fin al sistema.



Economía feudal



Las invasiones que sufre Europa durante más de cien años (normandos, musulmanes, esclavos) con la caída del Imperio romano y el posterior debilitamiento del Imperio carolingio frenarán la actividad económica hasta las puertas del año 1000. Es en este momento cuando se extienden modernas técnicas agrícolas que, existiendo anteriormente, habían quedado reducidas a pocos espacios territoriales. Entre ellos cabe destacar el aumento en el uso de los molinos de agua como fuerza motriz y de las acequias para riego, extendiendo los cultivos y liberando la mano de obra. Además, mejoran los métodos de enganche de los animales, especialmente el caballo y el buey, cuya cría aumenta de manera notable y permitirá disponer de animales de tiro en abundancia. Los instrumentos de uso agrícola, como el arado o la azada, generalmente de madera, son sustituidos por otros de hierro. La explotación agraria feudal era de subsistencia. Los siervos cultivaban lo suficiente para mantenerse a sí mismos y para pagar los diezmos a la Iglesia y la renta al señor. De la recolecta se separaban también las semillas necesarias para la siguiente siembra. Los mercados urbanos se abastecían con las porciones de los diezmos y la renta.



La rotación de cultivos era el principal sistema utilizado para evitar el deterioro de la tierra.



1.    En las regiones mediterráneas se usaba la rotación bienal, donde  la mitad de las tierras quedaba en barbecho cada año.

2.    En las regiones europeas atlánticas se usaba la rotación trienal: es decir un tercio de la tierra para cereal de ciclo largo -de invierno-, otro tercio para cereal de ciclo corto -verano- y el último tercio en barbecho.

3.    La tierra que quedaba sin cultivar se dedicaba a uso comunal, permitiendo que los animales pastasen en ella (práctica conocida como derrota de las mieses).





El aumento de la producción como consecuencia de las innovaciones supone ya en el siglo XI una reducción de las prestaciones personales de los siervos a sus señores en cuanto a horas de trabajo, sustituyéndose por el pago de una cuantía económica o en especie. Se reducen las tierras del señor y aumentan los arrendamientos. Al mismo tiempo, los campesinos aumentan sus rentas disponibles y ganan en independencia. Se incrementa el número de tierras roturadas y comienza el periodo de eliminación de los bosques europeos, drenaje de las tierras empantanadas, la extensión de los terrenos arados lejos de las aldeas y la construcción dispersa de casas campesinas. Las mejores tierras atraen a una mayor masa de población y se producen migraciones en todo el centro de Europa. El crecimiento de la población es notable a partir del 1050, llegándose a duplicar la población de Inglaterra en 150 años y se triplicará hacia el final de la Edad Media. En el siglo XI las hambrunas han desaparecido. A partir del siglo XII, la existencia de excedentes incrementa el comercio más allá de las fronteras del señorío. Las actividades comerciales permiten que surja una incipiente burguesía, los mercaderes, que debe realizar su trabajo pagando igualmente una parte de sus beneficios en forma de tributos a los señores, que a su vez incrementan con ello sus recursos. Las rutas de peregrinaje son los nuevos caminos por donde se abre el comercio. Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela son los destinos, pero las comunidades situadas en sus vías de acceso florecen. Las ciudades, burgos, son al mismo tiempo espacios de defensa y de comercio conforme avanza el tiempo y se va gestando una nueva sociedad que despegará en los siglos XIII y XIV.



Caída del feudalismo



A partir del siglo XIII, la mejora de las técnicas agrícolas y el consiguiente incremento del comercio hizo que la burguesía fuera presionando para que se facilitara la apertura económica de los espacios cerrados de las urbes, se redujeran los tributos de peaje y se garantizaran formas de comercio seguro y una centralización de la administración de justicia e igualdad de las normas en amplios territorios que les permitieran desarrollar su trabajo. Las ciudades que abrían las puertas al comercio y a una mayor libertad de circulación, veían incrementar la riqueza y prosperidad de sus habitantes y las del señor, por lo que con reticencias pero de manera firme se fue diluyendo el modelo. Las alianzas entre señores eran más comunes, ya no  tanto para la guerra. El feudalismo alcanzó el punto culminante de su desarrollo en el siglo XIII; a partir de entonces inició su decadencia. El sub-enfeudamiento llegó a tal punto que los señores tuvieron problemas para obtener las prestaciones que debían recibir. Los vasallos prefirieron realizar pagos en metálico (scutagium, ‘tasas por escudo’) a cambio de la ayuda militar debida a sus señores; a su vez éstos tendieron a preferir el dinero. Además, el resurgimiento de las tácticas de infantería y la introducción de nuevas armas, como el arco y la pica, hicieron que la caballería no fuera ya un factor decisivo para la guerra. La decadencia se aceleró en los siglos XIV y XV. Durante la guerra de los Cien Años, las caballerías francesa e inglesa combatieron, pero las batallas se ganaron en gran medida por los soldados profesionales y en especial por los arqueros de a pie. Este ‘feudalismo bastardo’ estaba a un paso del sistema de mercenarios, que ya había triunfado en la Italia de los condotieros renacentistas.



Ausencia del Feudalismo en la Edad Media húngara










Uno de los casos más interesantes que ha cautivado el interés de académicos e historiadores es el del Reino de Hungría. Fundado en el año 1000 d.C. por el rey San Esteban I de Hungría, este Estado medieval alcanzó grandes dimensiones, estabilidad económica y poderío militar dominando las regiones actuales de Croacia, Eslovenia, Transilvania, Eslovaquia y Hungría (territorios que posteriormente se poblaron con otras etnias y se independizaron tras la Primera Guerra Mundial). Si bien el reino se halló en estrecha relación con todos los otros Estados medievales europeos, siendo conocido por su basto comercio de plata y caballos, por ser uno de los pueblos que más peregrinó a Roma, condujo numerosas campañas militares exitosas contra sus vecinos, lo que demostró que no estuvo aislada culturalmente de ninguna forma del resto de Europa.



Historiadores húngaros como Peter Váczy (1904-1994) han establecido que el Estado es clasificable como un Reino Patrimonial, basándose en las teorías de Max Weber. El poder del reino yacía en su totalidad en la figura del rey húngaro, quien administraba su reino como si fuese su enorme propiedad, donando tierras a caballeros y nobles. El rey podía otorgar tierras igual como podía confiscarlas y dárselas a otro. De esta forma era el monarca el que recompensaba directamente a sus siervos y al clero, al contrario de como sucedió en Francia, Inglaterra y Alemania, donde lo hacía algún Señor por debajo del rey (constituyéndose la escalera feudal). Igualmente el rey trataba con los nobles como si fuesen sus familiariares, o miembros de su círculo cercano, estableciéndose una relación cercana y estrecha entre la figura del rey y la nobleza. En 1301 cuando murió el último miembro de la Casa real, Andrés III de Hungría, señores nobles u oligarcas habían conseguido obtener gran poder ante el debilitamiento de la figura real. Igualmente la ausencia de un sistema feudal representó un problema en el momento de sucesiones en el trono real, pues el trono podía ser ocupado exclusivamente por un miembro de sangre real. De esta manera en los siglos XIV y XV el trono húngaro será ocupado por miembros de Casas reales extranjeras con algún tipo de vínculo sanguíneo con la desaparecida dinastía húngara anterior. Ese fue el caso del rey Carlos I Roberto de Hungría y sus descendientes que eran de la Casa de Anjou, y posteriormente Segismundo de Luxemburgo, y otros monarcas más.



Revolución Industrial



La Revolución industrial fue un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, en el que Gran Bretaña en primer lugar, y el resto de Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la Historia de la humanidad, desde el Neolítico.



La Revolución comenzó con la mecanización de las industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión del comercio fue favorecida por la mejora de las rutas de transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril. Las innovaciones tecnológicas más importantes fueron la máquina de vapor y la denominada Spinning Jenny, una potente máquina relacionada con la industria textil. Estas nuevas máquinas favorecieron enormes incrementos en la capacidad de producción. La producción y desarrollo de nuevos modelos de maquinaria en las dos primeras décadas del siglo XIX facilitó la manufactura en otras industrias e incrementó también su producción, ya se disminuye el tiempo en el que estos se realizan, dando paso a la producción en serie, ya que se simplifican tareas complejas en varias operaciones simples que pueda realizar cualquier obrero sin necesidad de que sea mano de obra cualificada, y de este modo bajar costos en producción.



Causas



La existencia de controles fronterizos más intensos evitaron la propagación de enfermedades y disminuyó la propagación de epidemias como las ocurridas en tiempos anteriores. La revolución agrícola británica hizo además más eficiente la producción de alimentos con una menor aportación del factor trabajo, alentando a la población que no podía encontrar trabajos agrícolas o buscar empleos relacionados con la industria y, por ende, originando un movimiento migratorio desde el campo a las ciudades así como un nuevo desarrollo en las fábricas. La expansión colonial del siglo XVII, acompañada del desarrollo del comercio internacional, la creación de mercados financieros y la acumulación de capital son considerados factores influyentes, como también lo fue la revolución científica del siglo XVII. Se puede decir que se produjo en Inglaterra por su desarrollo económico. La presencia de un mayor mercado doméstico debería también ser considerada como un catalizador de la Revolución industrial, explicando particularmente por qué ocurrió en el Reino Unido.  La invención de la máquina de vapor fue una de las más importantes innovaciones de la Revolución industrial. Hizo posible mejoramientos en el trabajo del metal basado en el uso de coque en vez de carbón vegetal. En el siglo XVIII la industria textil aprovechó el poder del agua para el funcionamiento de algunas máquinas. Estas industrias se convirtieron en el modelo de organización del trabajo humano en las fábricas. De aquí se derivaron tres puntos muy importantes:



Revolución agrícola: aumento progresivo de la producción gracias a la inversión de los propietarios en nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora del uso de fertilizantes.



El desarrollo del capital comercial: Las máquinas se aplicaron a los transportes y a la comunicación iniciando una enorme transformación. Ahora las relaciones entre patronos y trabajadores son únicamente laborales y con el fin de obtener beneficios.



Cambios demográfico-sociales: la modernización de la agricultura permitió un crecimiento demográfico debido a la mejora de la alimentación. También hubo adelantos en la medicina y en la higiene, de ahí que creciera la población. También hubo una migración del campo a la ciudad porque la ocupación en labores agrícolas disminuyó mientras crecía la demanda de trabajo en las ciudades.



El comercio internacional



A pesar de todos los factores anteriores, se desarrolla la primera etapa de la Revolución industrial, esta  no hubiese podido prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían. Se hacen necesarios nuevos transportes, no sólo en el comercio interior, sino también en el comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados nacionales e internacionales.



El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras el Tratado de Utrecht (1713) y abre las relaciones comerciales con Inglaterra, y otros países europeos, y con la América española. Se termina con las compañías privilegiadas y con el proteccionismo económico; y se aboga por una política imperialista y la eliminación de los privilegios gremiales. Además, se desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y comunales, para poner en el mercado nuevas tierras y crear un nuevo concepto de propiedad. También generó un ensanchamiento de los mercados extranjeros y una nueva división internacional del trabajo. Los nuevos mercados se conquistaron mediante el abaratamiento de los productos hechos con la máquina, por los nuevos sistemas de transporte y la apertura de vías de comunicación, así como también, una política expansionista.



El Reino Unido fue el primero que llevó a cabo toda una serie de transformaciones que la colocaron a la cabeza de todos los países del mundo. Los cambios en la agricultura, en la población, en los transportes, en la tecnología y en las industrias, favorecieron un desarrollo industrial. La industria textil algodonera fue el sector líder de la industrialización y la base de la acumulación de capital que abrirá paso, en una segunda fase, a la siderurgia y al ferrocarril.



A mediados del siglo XVIII, la industria británica tenía sólidas bases y con una doble expansión:



·         Las industrias de bienes de producción y de bienes de consumo. Incluso se estimuló el crecimiento de la minería del carbón y de la siderurgia con la construcción del ferrocarril.

·         Así, en Gran Bretaña se desarrolló de pleno el capitalismo industrial, lo que explica su supremacía industrial hasta 1870 aproximadamente, como también financiera y comercial desde mediados de siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial (1914).

·         En el resto de Europa y en otras regiones como América del Norte o Japón, la industrialización fue muy posterior y siguió pautas diferentes a la británica.

·         Unos países tuvieron la industrialización entre 1850 y 1914: Francia, Alemania y Bélgica.

En 1850 apenas existe la fábrica moderna en Europa continental, sólo en Bélgica hay un proceso de revolución seguido al del Reino Unido. En la segunda mitad del siglo XIX se fortalece en Turingia y Sajonia la industrialización de Alemania. Otros países siguieron un modelo de industrialización diferente y muy tardía: Italia, Imperio austrohúngaro, España o Rusia. La industrialización de éstos se inició tímidamente en las últimas décadas del siglo XIX, para terminar mucho después de 1914.



Etapas de la Revolución industrial



La Revolución industrial estuvo dividida en dos etapas: la primera del año 1750 hasta 1840, y la segunda de 1880 hasta 1914. Todos estos cambios trajeron consigo consecuencias tales como:



v  Demográficas: Traspaso de la población del campo a la ciudad (éxodo rural) Migraciones internacionales. Crecimiento sostenido de la población. Grandes diferencias entre los pueblos — Independencia económica

v  Económicas: Producción en serie. Desarrollo del capitalismo. Aparición de las grandes empresas (Sistema fabril) Intercambios desiguales.

v  Sociales: Nace el proletariado. Nace la Cuestión social.

v Ambientales: Deterioro del ambiente y degradación del paisaje. Explotación irracional de la tierra.



A mediados del siglo XIX, en Inglaterra se realizaron una serie de transformaciones que hoy conocemos como Revolución industrial dentro de las cuales las más relevantes fueron:

a)    La aplicación de la ciencia y tecnología permitió el invento de máquinas que mejoraban los procesos productivos.

b)    La despersonalización de las relaciones de trabajo: se pasa desde el taller familiar a la fábrica.

c)    El uso de nuevas fuentes energéticas, como el carbón y el vapor.

d)    La revolución en el transporte: ferrocarriles y barco de vapor.

e)    El surgimiento del proletariado urbano.



La industrialización que se originó en Inglaterra y luego se extendió por toda Europa no sólo tuvo un gran impacto económico, sino que además generó enormes transformaciones sociales. 



Proletariado urbano.



Como consecuencia de la revolución agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial. La ciudad industrial aumentó su población como consecuencia del crecimiento natural de sus habitantes y por el arribo de este nuevo contingente humano. La carencia de habitaciones fue el primer problema que sufrió esta población marginada socialmente; debía vivir en espacios reducidos sin comodidades mínimas y carentes de higiene. A ello se sumaban jornadas de trabajo, que llegaban a más de catorce horas diarias, en las que participaban hombres, mujeres y niños con salarios miserables, y carentes de protección legal frente a la arbitrariedad de los dueños de las fábricas o centros de producción. Este conjunto de males que afectaba al proletariado urbano se llamó la Cuestión social, haciendo alusión a las insuficiencias materiales y espirituales que les afectaban.



Burguesía industrial.



Como contraste al proletariado industrial, se fortaleció el poder económico y social de los grandes empresarios, afianzando de este modo el sistema económico capitalista, caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la regulación de los precios por el mercado, de acuerdo con la oferta y la demanda. En este escenario, la burguesía desplaza definitivamente a la aristocracia terrateniente y su situación de privilegio social se basó fundamentalmente en la fortuna y no en el origen o la sangre. Avalados por una doctrina que defendía la libertad económica, los empresarios obtenían grandes riquezas, no sólo vendiendo y compitiendo, sino que además pagando bajos salarios por la fuerza de trabajo aportada por los obreros. Las propuestas para solucionar el problema social. Frente a la situación de pobreza y precariedad de los obreros, surgieron críticas y fórmulas para tratar de darles solución; por ejemplo, los socialistas utópicos, que aspiraban a crear una sociedad ideal,  justa y libre de todo tipo de problemas sociales (para algunos, el comunismo). Otra propuesta fue el socialismo científico de Karl Marx, que proponía la revolución proletaria y la abolición de la propiedad privada; también la Iglesia católica, a través del Papa León XIII, dio a conocer la Encíclica (1891), primera Encíclica social de la historia, la cual condenaba los abusos y exigía a los estados la obligación de proteger a lo más débiles.



Durante el siglo XX en medio de los procesos de democratización, el movimiento obrero lograba que se reconocieran los derechos de los trabajadores y su integración a la participación social. Otros ejemplos de tendencias que buscaron soluciones fueron los nacionalismos, así como también los fascismos en los cuales se consideraban a los obreros y trabajadores como una parte fundamental en el desarrollo productivo de la nación, por lo que debían ser protegidos por el Estado.



Gran Bretaña como centro Industrial



La Primera Revolución Industrial comenzó en Gran Bretaña. Las causas de que fuese el país pionero en la industrialización fueron tener una nueva mentalidad liberal económica en la cual se difundió el liberalismo económico y permitió desarrollar un mercado más amplio. Otro factor fue poseer numerosos yacimientos de hierro, usado para construir la maquinaria y las herramientas y la red de ferrocarriles y contar con abundantes cuencas carboníferas que producían carbón mineral, alimento para la maquinaria.



A mediados del Siglo XIX empezaron a cobrar importancia países como Alemania y Estados Unidos, centros industriales de la Segunda Revolución Industrial y otros próximos a Gran Bretaña: Francia, Bélgica y Rusia.



Principios fundamentales de la industria



Uno de los principios fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los procesos de producción como definitivos o acabados. Su base técnico-científica es revolucionaria, generando así, el problema de la obsolescencia tecnológica en períodos cada vez más breves. Sin embargo, esta característica de obsolescencia e innovación no se circunscribe a la ciencia y la tecnología, sino debe ampliarse a toda la estructura económica de las sociedades modernas. En este contexto la innovación es, por definición, negación, destrucción, cambio, la transformación es la esencia permanente de la modernidad. Principios fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los procesos de producción como definitivos o acabados.



Socialismo

El socialismo es el control por parte de la sociedad organizada como un entero sobre todos sus elementos integrantes, tanto los medios de producción como las diferentes fuerzas de trabajo aplicadas en las mismas. El socialismo implica, por tanto, una planificación y una organización colectiva y consciente de la vida social y económica.  Subsisten sin embargo criterios encontrados respecto a la necesidad de la centralización de la administración económica mediante el Estado como única instancia colectiva en el marco de una sociedad compleja, frente a la posibilidad de formas diferentes de gestión descentralizada de la colectividad socialista, tanto por vías autogestionarias como de mercado. Existen también discrepancias sobre la forma de organización política bajo el socialismo para lograr o asegurar el acceso democrático a la sociedad socialista a clases sociales o poblaciones, frente a la posibilidad de una situación autocrática por parte de las burocracias administrativas. Las formas históricas de organización social de tipo socialista pueden dividirse entre determinadas, de éstas se destacan, respectivamente, el Imperio Inca y la Unión Soviética.



Socialismo y movimiento obrero










En un sistema socialista, al establecerse la propiedad social (colectiva) de los medios de producción, desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de capital y con esta el capitalismo como forma de apropiación del trabajo asalariado, que se supone, partiendo de la teoría del valor trabajo, una forma de explotación por vía económica. Desde entonces los pensadores socialistas comenzaron a considerar la socialización de la economía como un interés vital para el proletariado industrial y un resultado históricamente necesario a la vez corolario de la toma del poder político por dicha clase. Dentro de la secuencia histórica de los modos de producción esbozada por Karl Marx, el capitalismo es la última sociedad con clases y el socialismo el primer paso a su extinción: las clases sociales se consideran generadas por los diferentes e interdependientes orígenes sociales del ingreso, y al proletariado como la primer clase trabajadora sin vías propias de adquisición privada, capaz de sobrevivir a una socialización de la producción y finalmente a su propia desaparición como clase en una fase comunista, dando así por superada la lucha de clases como motor del progreso histórico.



Socialismo y comunismo



A diferencia de lo que sucede con el concepto de "comunismo" (término cuya utilización se remonta a Platón), en el cual la contribución a la producción común es libre y no planificada mientras que el consumo se vive en común, la palabra "socialismo" (que apareció por primera vez en 1834 bajo los auspicios de Robert Owen) describe la organización colectiva de la producción y la distribución en tanto el consumo permanece siendo particular.  Y con el surgimiento del "marxismo" los medios socialistas y los fines comunistas son absorbidos y reformulados dentro de una sola doctrina que entiende ambos sistemas como dos pasos históricamente necesarios en el desarrollo de una sociedad escindida por la lucha de clases hacia una etapa comunista final sin clases. El movimiento comunista, que ya había surgido colectivistas de la Revolución francesa como movimientos remanentes y había dejado de ser un activismo social cambiante durante diferentes períodos históricos para convertirse en activismo político, se transforma en partido e ideología gracias a la introducción por parte de Karl Marx de las ideas de los doctrinarios socialistas, adoptando un sólido cuerpo doctrinal del que carecía. Mientras que gracias al marxismo las ideas socialistas y comunistas se desprenden del idealismo y se unifican en un solo movimiento ideológico llamado Comunismo.



Socialismo como movimiento político



El socialismo continúa siendo un término de fuerte impacto político, que permanece vinculado con el establecimiento de un orden socioeconómico construido por, para, o en función de, una clase trabajadora organizada originariamente sin un orden económico propio, y para el cual debe crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras; esta idea, que no era originaria del ideario socialista sino del comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del pensamiento socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los principios que se persiguen.



El estudio del socialismo se inicia a partir de la Revolución francesa en 1789. En el siglo XVIII y XIX los principales países de Europa desarrollan el proceso de sustitución del feudalismo por el capitalismo como sistema económico, y los estados feudales se unen para formar las modernas Naciones-Estado.



Inglaterra fue la cuna del socialismo "utópico". Existen dos causas importantes que dan al socialismo utópico inglés su carácter peculiar:



1.    La revolución industrial, con su cortejo de miserias para el naciente Proletariado.



2.    El desarrollo de una nueva rama de la ciencia: la economía política, concepto asociado a la búsqueda de dominio titular de las ciencias políticas.





En Francia tuvo un carácter más filosófico que en Inglaterra. Su primer representante fue el conde Henri de Saint-Simon. Propuso la Federación de Estados Europeos, como instrumento político para controlar el comienzo y desarrollo de guerras. Al mismo tiempo Charles Fourier, concibió los falansterios.



El socialismo en el siglo XX



El socialismo alcanzó su apogeo político durante el siglo XX en el bloque comunista de Europa, la Unión Soviética, estados comunistas de Asia y del Caribe. Durante la segunda mitad del siglo XX fue de gran importancia para el llamado bloque socialista, que la Unión Soviética liberara a los países ocupados del Tercer Reich en el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial, pues estos mismos posteriormente adoptaron sistemas de gobierno socialistas que hicieron que el campo socialista alcanzara un amplio dominio.



Indicadores del desempeño de modelos políticos ajenos al modelo socialista durante el siglo XX son por ejemplo, los grandes avances en la tecnología, como por ejemplo en los programas espaciales, así como la gran tecnología militar, principalmente en Estados Unidos.



Tras la Segunda Guerra Mundial, la tensión militar-ideológica entre el bloque socialista, encabezado por la Unión Soviética, y el capitalista, encabezado por Estados Unidos, desembocó en un enfrentamiento político que se conocería como Guerra Fría. Se conoció de ella extraoficialmente y fue la competencia por la superioridad en todos los aspectos y lograr así el dominio completo de la mayor cantidad de países. Culminó con la desintegración de la URSS por sus contradicciones económicas y políticas señaladas como defectos de los modelos socialistas y fuertes presiones externas, acompañada de una pronunciada crisis en los demás estados socialistas, principalmente los europeos, consecuencias propias del establecimiento de modelos socialistas y comunistas extendidos.



EL DERRUMBE DEL “SOCIALISMO REAL” EN EL SIGLO XX



El siglo XX registró cambios realmente espectaculares. Comenzó después de haber transcurrido aproximadamente cien años de civilización industrial y dentro de una época caracterizada por el dominio incompartido del capitalismo. Antes de cumplir su segundo decenio de existencia, sirvió de escenario a una trascendental ruptura de ese domino absoluto, dando lugar al primer gran ensayo de una nueva formación política, social y económica de inspiración socialista y, en consecuencia, al inicio de una nueva época.



Registró en su haber la derrota del nazi-fascismo, la extensión del modelo soviético a todo el Este de Europa, la revolución yugoslava, el triunfo de la revolución en China, Corea, Vietnam, Cuba, Argelia, Angola, Mozambique, Guinea, así como a un gran auge del movimiento anticolonialista y de los procesos de liberación nacional a escala planetaria. Dio paso, como consecuencia del fortalecimiento de la URSS y del cambio en la correlación de fuerzas mundiales, a la era bipolar, caracterizada tanto por el enfrentamiento entre el llamado campo socialista y el sistema capitalista, como por la coexistencia y los enfrentamientos entre las superpotencias de ambos campos (EE.UU. y URSS). En el discurrir de su existencia, el siglo XX engendró la impactante revolución tecno-científica que en la actualidad marca el paso del proceso de superación de la civilización industrial y la emergencia de la era de la microelectrónica, de la informática y la revolución biomédica.



Esta se divide en Tres épocas:



v  Dos guerras mundiales calientes.



v  Una prolongada guerra fría.



Una cuarta guerra mundial, derivada de su reestructuración global bajo los estímulos del neoliberalismo y la financiarización del sistema con sus híper-bombas financieras. Y además, guerras locales, muchas revoluciones y contrarrevoluciones, una formidable mutación tecno-científica secuestrada por los centros de mando del gran capital y acompañada por un nivel nunca vista de mundialización de su dominio.



Todo un gran récord dentro de un movimiento en zigzag. Un siglo de grandes altibajos, de intensas y reiteradas convulsiones, de enormes y trágicas catástrofes y de formidables innovaciones; de grandes avances en el saber y en el progreso material, y dramática expansión de la pobreza, profundización de las desigualdades, incremento de la exclusión social, reversión de conquistas históricas, imposiciones de la cultura de la muerte, concentración de las riquezas y aniquilamiento progresivo de la naturaleza. Un siglo, en fin, sumamente disímil, con un final en el que todo ha estado sometido a un intenso movimiento contradictorio y a grandes modificaciones:



a)    La relación entre ser humano y el resto de la naturaleza, las sociedades, los vínculos internacionales, la ciencia, la técnica, las teorías, el capitalismo, los procesos de tránsito al socialismo, las iglesias, las teorías sociales, la familia, los Estados, las derechas, las izquierdas, las revoluciones y las contrarrevoluciones.



b)    El derrumbe, los cambios acaecidos de los procesos anticapitalistas europeos.



c)    Una especie de cataclismo político con muchas naciones víctimas y con escasos pero valiosos sobrevivientes.



d)    Un terremoto de alta intensidad que arrasó simultáneamente con importantes conquistas sociales, pero también con graves y costosas aberraciones.



e)    Una tragedia que súbitamente cambió la correlación de fuerzas mundiales y le abrió paso a escala planetaria a la epidemia neoliberal y a la unipolaridad militar.



Todo eso y algo más. Pero de ninguna manera la fantasiosa muerte del socialismo como ideal liberador. Lo transformado, lo construido y lo adulterado nunca dejó de ser un proceso inconcluso y estructuralmente defectuoso. Nunca dejó de ser un tránsito difícil y arriesgado, escasamente paradigmático. Jamás llegó a ser un sistema esencialmente socialista, sino más bien un intento de tránsito hacia él, sensiblemente deformado. Y la mayor tragedia consistió en que no pudo auto-renovarse. Tal versión obvió el hecho de que desde muy temprano, abundaron los pensadores revolucionarios que pusieron énfasis en la distancia existente entre lo que se alcanzó en esos países y el ideal socialista, entendido éste como estadio superior de bienestar y de retribución por la capacidad y el aporte de los miembros de la sociedad; como democracia social, económica, cultural y política; como régimen de predominio de formas de propiedad social, donde los productores y gestores pasan a ser realmente dueños de los medios de producción y distribución; como sistema que garantice altos niveles de superación humana y de la libertad en todos los órdenes. Ciertamente, estas situaciones no son fáciles de explicar, y mucho menos de sintetizar con ciertos calificativos y ciertas denominaciones, y por eso muchas veces se recurre a convencionalismos que permiten, aún sin ser precisos, establecer diferencias.



Incluso el término “socialismo de Estado” es en gran medida convencional, tanto por lo inconcluso del proceso de transformación socialista a escala nacional y planetaria, como por lo parcial de las precondiciones creadas para conformar sociedades socialistas, por las involuciones acaecidas, por los niveles de enajenación y alienación que se registraron en no pocos de esos procesos de tránsito, por las trágicas y generalizadas aberraciones derivadas de su poder burocrático. Y, además, porque el verdadero socialismo procura precisamente abolir el Estado, extinguirlo, socializar el poder hasta hacerlo desaparecer.



Crisis estructural



La historia de la humanidad registra múltiples crisis dentro de modelos y estructuras creadas en el proceso de gestación de una determinada formación económico-social, crisis que han sido resueltas o en beneficio de ella misma o en otras direcciones. A través del examen crítico de la historia reciente hemos llegado a la firme convicción de que en Europa Oriental no fue el socialismo lo que hizo crisis, sino determinados modelos y estructuras conformadas en el tránsito hacia él. Hizo crisis, más bien, la falta de socialismo dentro de esa transición; esto es, colapsaron estructuras que se tornaron bloqueadoras de los nuevos avances y que finalmente conformaron modelos estatista-burocratizados. De esa manera el “socialismo real” devino más bien en socialismo irreal.



El súper-Estado propietario, basado en grandes monopolios estatales y en el trabajo asalariado (sin autogestión ni cogestión social) bajo administración burocrática, si bien es diferente al capitalismo de Estado bajo control de la gran burguesía privada; si bien no implica la apropiación privada del excedente, aunque si su uso antojadizo por la burocracia en una especie de combinación de distribución social y sistema de privilegios, no equivale como dicen algunos al capitalismo de estado propiamente dicho, pero si a una modalidad de régimen no capitalista al servicio de la burocracia y no del proletariado.



El  modelo soviético  gravitó de manera determinante en otros países europeos vía las fuerzas militares del Pacto de Varsovia, vía el CAME, vía múltiples mecanismos de presencia directa e indirecta, vía el gran peso económico e ideológico de la URSS, provocando a la larga en no pocos casos, por ser extraño a los procesos nacionales, mayor rechazo que aceptación. Esos modelos, pasado el período de las medidas de excepción y del entusiasmo revolucionario de los primeros años, pasado los liderazgos originales de las revoluciones y las fases de alta popularidad de sus direcciones políticas ganada en la lucha antifascista, acentuaron la separación entre el poder y el pueblo, debilitaron o anularon la vida política y el dinamismo en la sociedad civil, incrementaron el apoliticismo en las nuevas generaciones, congelaron el nacionalismo y el conservadurismo, y crearon el caldo de cultivo favorable para el desarrollo de tendencias pro-capitalistas y corrientes desintegradoras. Y mientras más se insistió en prolongar su vigencia (a pesar de su evidente entrada en períodos de agotamiento y de crisis), más desastrosos fueron los resultados de su crisis y más imposible de alcanzar su continuidad a través de una renovación de corte socialista.



Imposibilidad de la renovación



En medio de esa crisis, los intentos de renovaciones políticas que se emprendieron tuvieron en común la ausencia total o el diseño incompleto de nuevas estrategias socialistas y la falta de nuevas vanguardias capaces de conducirlas, lo que facilitó la hegemonía de posiciones pro-capitalistas. Se trató de una crisis esencialmente estructural, una crisis de un modelo económico y de un sistema político conformados durante decenios; de un modelo y un conjunto de estructuras que tuvieron sus fases de crecimiento, logros, expansión y dinamismo, pero que evidentemente agotaron sus posibilidades. Una crisis que en la URSS, en los países de Europa oriental y central, le abrió paso a un traumático proceso procapitalista que, en lugar de superar errores y deformaciones, ha introducido en esas regiones del mundo los problemas propios del llamado capitalismo salvaje, agregado a otros males no resueltos. Los principales ideólogos y propagandistas del capitalismo han hablado de la derrota definitiva del socialismo y del comunismo, y han invitado a la humanidad al entierro de las ideas de Marx, Engels y Lenin.



El del siglo XX Causas y efectos.



La corrupción, la ineficiencia, la perdurabilidad de salarios cada vez más precarios, la búsqueda de ingresos extras por otras vías, la indisciplina, la baja producción y productividad, la limitada producción de alimentos y la necesidad de grandes importaciones, la burocratización de los procesos productivos, de una parte de los servicios públicos y del funcionamiento institucional, son efectos y no causas estructurales de la crisis de un determinado modo de producción, distribución y gestión económica y política. Esas causas hay que buscarla en la estatización en gran escala de la propiedad de los medios de producción, distribución y recursos nacionales, sin cogestión ni autogestión empresarial y social, en el predominio de la propiedad estatal centralmente y antidemocráticamente administrada sobre la propiedad social.



En el proceso de burocratización de la gestión pública y el desarrollo de los privilegios burocráticos, en la dogmatización ideológica funcional a ese sistema, en la atrofia de las funciones de la sociedad civil, en la separación de los productores de la propiedad y el control de los medios de producción-distribución, y la continuidad de la explotación del trabajo asalariado, con la diferencia respecto al capitalismo clásico de que el poder sobre el excedente lo tienen los funcionarios públicos y no la burguesía privada. Es la típica crisis de estructuras y modelos de transición que algunos tratadistas han denominado “socialismo de Estado” (aunque de socialismo no tenga mucho) y otros “estatismo burocrático”. Equivale a pensar el tránsito al socialismo, que está lejos de ser el socialismo mismo, como un proceso continental y mundial; comprobada la imposibilidad histórica de construir el socialismo en un solo país o un grupo X de países. Es así, solo así, como podrá desplegarse la extraordinaria fuerza del poder popular, potenciado a su vez el proyecto histórico del no poder, de la sociedad plenamente libre.



Capitalismo



Capitalista es un término propio de la economía cuyo empleo se extendió al debate político y social. El primer uso de la palabra capitalista, parece deberse  a Arthur Young en su obra de 1792; que se refería con ese término a aquel que posee capital. Fue acuñado con mayor precisión por Karl Marx, para referirse al poseedor del capital que busca su valorización. Capitalista, es por tanto, el inversor, el cual designa al agente económico que posee o controla los medios de producir riqueza. Esta manera de definir específicamente al capital varía de forma entre la economía clásica (liberalismo económico), el marxismo, y las corrientes económicas posteriores. Con la definición del capitalismo como un modo de producción capitalista vino a ser la clase social, identificada con la burguesía industrial, cuyos intereses económicos se oponen a los de la clase de los proletarios, que se ven forzados a venderles su fuerza de trabajo (es decir, hacerse explotar) para sobrevivir.



El capitalismo se forma por medio de la propiedad privada de los medios de producción y la libertad de gestionarlos. En la imagen un ejemplo de empresa privada, una heladería en Oxford. En el capitalismo los individuos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes o de servicios en forma libre dentro de la división del trabajo, con el propósito necesario del beneficio monetario para la obtención de recursos en función de cualquier orden de fines dentro del marco de una cooperación mediatizada por el mercado. La distribución, la producción y los precios de los bienes y servicios son determinados por el libre mercado, la oferta y la demanda entre productores y consumidores. El origen etimológico de la palabra capitalismo proviene de la idea de capital y su uso para la propiedad privada de los medios de producción, sin embargo se relaciona mayormente al capitalismo como concepto con el intercambio dentro de una economía de mercado que es su condición necesaria, y a la propiedad burguesa que es su corolario, como forma más acabada y coherente de la propiedad privada.



Se denomina sociedad capitalista a toda aquella sociedad política y jurídica originada en la moderna civilización occidental y basada en una organización racional del trabajo y monetario-utilitaria de los recursos de producción, caracteres propios de aquel sistema económico.El orden capitalista, en tanto sociedad formada por clases en vez de estamentos, se distingue de otras formas sociales y productivas por la movilidad social de los individuos y por la regulación formal de las relaciones socioeconómicas mediante el contrato libre. El nombre de sociedad capitalista proviene del hecho de que el capital como relación de producción se convierte dentro de ésta en un elemento económicamente predominante. La discrepancia sobre las razones de este predominio divide a las ideologías políticas modernas: el enfoque liberal smithiano se centra en la utilidad que el capital como relación social provee para la producción en una sociedad comercial con una amplia división del trabajo, entendida como causa y consecuencia de la mejora de la oferta de consumo y los mayores ingresos por vía del salario respecto del trabajo autónomo, mientras que el enfoque socialista marxista considera que el capital como relación social es precedido (y luego retroalimentado) por una institucionalizada imposibilidad social de sobrevivir sin relacionarse con los propietarios de un mayor capital físico mediante el intercambio de trabajo asalariado.



La clase social conformada por los creadores y/o propietarios que proveen de capital a la organización económica se la describe como "capitalista", a diferencia de las funciones empresariales y gerenciales. Vulgarmente se describe desde el siglo XVIII como "burguesía" tanto a este conjunto social como al de los empleadores de trabajo de una moderna sociedad industrial, pero la burguesía se origina en las ciudades de la sociedad rural medieval y está constituida por propietarios auto-empleados cuya naturaleza da origen al capitalismo moderno. Existen diferentes apreciaciones sobre la naturaleza del capitalismo según la perspectiva social e ideológica desde la cual se analice.



Características



Si bien el capitalismo no encuentra su fundador en un pensador sino en las relaciones productivas de la sociedad y establece los principios que posteriormente servirán para identificar el capitalismo como sistema productivo y el liberalismo como sistema de pensamiento que lo respalda.

Entre las características generales del capitalismo se encuentra la motivación basada en el cálculo costo-beneficio dentro de una economía de intercambio basada en el mercado, el énfasis legislativo en la protección de un tipo específico de apropiación privada (en el caso del capitalismo particularmente lockeano), o el predominio de las herramientas de producción en la determinación de las formas socioeconómicas.



Propiedad privada e iniciativa empresarial



Quienes invierten, crean o adquieren capital permanecen como legítimos propietarios (capitalistas) durante el proceso de producción; la rentabilidad del capital invertido en un libre mercado de productos y servicios es el eje central de la vida económica. El capital y el trabajo son los elementos de producción y creación de riqueza. La titularidad de los medios de producción es privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen de bienes de capital industrial y de tenencia y uso de la tierra basado en la propiedad privada. Los medios de producción operan principalmente en función del beneficio y en la que los intereses directivos se racionalizan empresarialmente en función de la inversión de capital.



Sobre la propiedad privada, el capitalismo establece que los recursos invertidos por los prestadores de capital para la producción económica, deben estar en manos de las empresas y personas particulares que los adquieran (accionista). De esta forma a los particulares se les facilita el uso, empleo y control de los recursos que utilicen en sus labores productivas, de los que, a fines empresariales, podrán usar como mejor les parezca.



El capitalismo se considera un sistema económico en el cual el dominio de la propiedad privada sobre los medios de producción desempeña un papel fundamental, a pesar de que este es uno de los principios básicos del capitalismo: otorga influencia económica a quienes detentan la propiedad de los medios de producción (o en este caso el capital), dando lugar a una relación voluntaria de funciones y de mando entre el empleador y el empleado. Esto crea a su vez una sociedad de clases móviles en relación con el éxito o fracaso económico en el mercado de consumo, lo que influye en el resto de la estructura social según la variable de capital acumulada; por tal razón en el capitalismo la pertenencia a una clase social es movible y no estática. Las relaciones económicas de producción y el origen de la cadena de mando, se establece desde la titularidad privada y exclusiva de los propietarios de una empresa en función de la participación en su creación en tanto primeros propietarios del capital. La propiedad y el usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el capital volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación, con independencia de que la aplicación productiva del capital se genere mediante la compra del trabajo, esto es, el sueldo, realizado por los asalariados de la empresa.



Una de las interpretaciones más difundidas señala que en el capitalismo, como sistema económico, predomina el capital, como elemento de producción y creador de riqueza. El control privado de los bienes de capital sobre otros factores económicos tiene la característica de hacer posible negociar con las propiedades y sus intereses a través de rentas, inversiones, etc. Eso crea el otro distintivo del capitalismo que es el beneficio o ganancia como prioridad en la acción económica en función de la acumulación de capital que por vía de la compra del trabajo puede separarse del trabajo asalariado.



Libre mercado, empresas y competencia



El capitalismo se basa ideológicamente en una economía en la cual el mercado predomina, esto usualmente se da, aunque existen importantes excepciones además de las polémicas sobre qué debe ser denominado libre mercado o libre empresa. En éste se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos y las que los demandan. La libertad de empresa propone que todas las empresas sean libres de conseguir recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el mercado que éstas dispongan. A su vez, son libres de escoger el negocio que deseen desarrollar y el momento para entrar o salir de éste. La libertad de elección se aplica a las empresas, los trabajadores y los consumidores, pues la empresa puede manejar sus recursos como crea conveniente, los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que esté dentro de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que desean consumir, buscando que el producto escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los límites de su ingreso. Esto en un contexto teórico capitalista es denominado cálculo económico.



Crecimiento económico



Teóricos y políticos han enfatizado la habilidad del capitalismo para promover el crecimiento económico, tal como se mide por el Producto Interno Bruto (PIB), utilización de la capacidad instalada o calidad de vida. Este argumento fue central, por ejemplo, en la propuesta de Adam Smith de dejar que el libre mercado controle los niveles de producción y de precio, y distribuya los recursos. Sostienen que el rápido y consistente crecimiento de los indicadores económicos mundiales desde la revolución industrial se debe al surgimiento del capitalismo moderno. Mientras que las mediciones no son idénticas, aquellos que están a favor argumentan que incrementar el PIB ha demostrado empíricamente una mejora en la calidad de vida de las personas, tal como mejor disponibilidad de alimentos, vivienda, vestimenta, atención médica, reducción de horas de trabajo, y libertad de trabajo para niños y ancianos. Gracias a la especialización de la agricultura, se produce un aumento de la producción existente, y la actividad comercial de materias primas aumenta. La consecuencia de este hecho, es el incremento de la circulación de capital, que fue un estímulo a la banca, y por tanto de la riqueza de la sociedad, aumentando el ahorro y con ello la inversión. Este fue el origen de la banca actual, la cual tenía dos funciones: prestar el dinero que custodiaban a cambio de un interés y la emisión de "promesas de pago al contado al portador" que circulaban como dinero. Argumentos favorables al capitalismo también afirman que una economía capitalista brinda más oportunidades a los individuos de incrementar sus ingresos a través de nuevas profesiones o negocios que otras formas de economía. Según esta manera de pensar, este potencial es mucho mayor que en las sociedades feudales o tribales o en las sociedades socialistas.



Liberalismo y rol del Estado



La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación de este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del cual se considera sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana y Adam Smith. El pensamiento liberal clásico sostiene en economía que la intervención del gobierno debe reducirse a su mínima expresión. Sólo debe encargarse del ordenamiento jurídico que garantice el respeto de la propiedad privada, la defensa de las llamadas libertades negativas: los derechos civiles y políticos, el control de la seguridad interna y externa, y eventualmente la implantación de políticas para garantizar el libre el funcionamiento de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría su funcionamiento. Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al Estado funciones diferentes. Por ejemplo los que adscriben a lo sostenido por John Maynard Keynes, según el cual el Estado puede intervenir para incrementar la demanda efectiva en época de crisis. También se puede mencionar a los politólogos que dan al Estado y a otras instituciones un rol importante en controlar las deficiencias del mercado (una línea de pensamiento en este sentido es el neo -institucionalismo).





Historia del capitalismo



Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el capitalismo como sistema económico, en teoría, no apareció hasta el siglo XVII en Inglaterra sustituyendo al feudalismo. De esta forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna. Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX. Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma.



Críticas al capitalismo



Parte de la crítica al capitalismo es la opinión de que es un sistema caracterizado por la explotación intra-económica (a diferencia del esclavismo y el feudalismo) de la fuerza de trabajo del hombre al constituir el trabajo como una mercancía más. Esta condición sería su principal contradicción: Medios de producción privados con fuerza de trabajo colectiva, de este modo, mientras en el capitalismo se produce de forma colectiva, el disfrute de las riquezas generadas es privado, ya que el sector privado "compra" el trabajo de los obreros con el salario. La alternativa histórica al capitalismo con mayor acogida ha estado representada por el comunismo y el estatismo.



Modo de producción capitalista

Para el materialismo histórico (el marco teórico del marxismo), el capitalismo es un modo de producción. Esta construcción intelectual es originaria del pensamiento de Karl Marx (Manifiesto Comunista, 1848, y deriva de la síntesis y crítica de tres elementos: la economía clásica inglesa (Adam Smith, David Ricardo y Thomas Malthus), la filosofía idealista alemana y el movimiento obrero de la primera mitad del siglo XIX.



Capitalismo e imperialismo



Los críticos del capitalismo le responsabilizan de generar numerosas desigualdades económicas, sin embargo se experimentaron notables mejorías en los países industrializados a lo largo del siglo XX, a pesar de que nunca se haya demostrado con hechos objetivos y, además, las desigualdades crecieran exponencialmente respecto a los países colonizados. Pero los críticos señalaron desde finales del siglo XIX que tales avances se obtuvieron por un lado a costa del colonialismo, que permitió el desarrollo económico de las metrópolis, y por otro lado gracias al Estado del Bienestar, que suavizó los efectos negativos del capitalismo e impulsó toda una serie de políticas cuasi-socialistas. Otras críticas al capitalismo que se enlazan a décadas anteriores con el mismo matiz antiimperialista, provienen de los movimientos antiglobalización, que denuncian al modelo económico capitalista y las empresas transnacionales como el responsable de las desigualdades entre el Primer Mundo y el Tercer Mundo, teniendo el tercer mundo una economía dependiente del primero.



El mercado como institución no natural



Desde una perspectiva no estrictamente marxista, Karl Polanyi (La gran transformación, 1944) insiste en que lo crucial en la transformación capitalista de economía, sociedad y naturaleza fue la conversión en mercancía de todos los factores de producción, en beneficio del capital.



Ecologismo



La crítica ecologista argumenta que un sistema basado en el crecimiento y la acumulación constante es insostenible, y que acabaría por agotar los recursos naturales del planeta, muchos de los cuales no son renovables. Más aún si el consumo de estos recursos es desigual entre los países y en sus respectivas clases económicas. Hasta hace algunas décadas, se pensaba que los recursos naturales eran inagotables y que la contaminación, pérdida de la biodiversidad y de paisajes eran los costes inevitables del progreso. Actualmente existen dos tendencias principales:



v  Es aquella que defiende un desarrollo sostenible de la economía (que consistiría en adaptar el actual modelo al nuevo problema medioambiental).

v  Y otra que defiende un decrecimiento de la economía (que apunta directamente a nuevos sistemas de organización económica).



Como contraparte al ecologismo colectivista, surge el ecologismo de mercado con base en la libertad individual. Este ecologismo plantea la protección de los ecosistemas desde el punto de vista del capitalismo libertario, ya que busca también la maximización de un beneficio para la humanidad como lo es la supervivencia en sí misma.



También existió el Anticapitalismo Socialismo. El socialismo, en su versión más usual, apoya la idea de un control estatal extensivo de la economía, el cual puede o no estar asociado con el control democrático de las personas sobre el estado. El marxismo argumenta a favor de propiedad colectiva de los medios de producción, y la eventual abolición del Estado y las clases sociales, con una etapa intermedia llamada dictadura del proletariado en la cual "el proletariado organizado en clase dominante" eliminará los vestigios de capitalismo. Sin embargo, en lo esencial todas comparten sus principales ideas y cuestiones centrales. Algunas de éstas son el materialismo histórico y la dialéctica, como métodos de análisis de circunstancias históricas y actuales; la crítica frontal a las raíces del sistema capitalista y sus distintas contradicciones sociales, sus aparatos de coerción (encubiertos bajo distintas formas y regímenes políticos) y elementos vestigiales del feudalismo y el Antiguo Régimen como la monarquía, el absolutismo, o el clero; el socialismo científico, como corriente intelectual diferenciada dentro del socialismo; la tradición del movimiento obrero, análisis de sus derrotas y luchas y defensa de sus conquistas, junto con otros movimientos sociales; defensa de la conciencia de clase, frente a la alienación y la falsa conciencia, y crítica a las distintas formas de opresión e injusticias, como medio para impulsar la lucha por la abolición de las clases sociales y toda fuente de opresión misma; defensa de la revolución social y del control obrero, como forma de terminar con el sistema capitalista y alcanzar estadios irreversibles de sociedad comunista, igualitaria y avanzada, sin clases y sin Estado, con un fortísimo desarrollo de los medios de producción, de la cultura y las libertades; rechazo y crítica al imperialismo y su política, que ve en la guerra un negocio, y una salida a las crisis cíclicas, y conlleva la colonización, subdesarrollo y sometimiento de pueblos. Estos períodos de crisis surgen debido a la acumulación de sucesivas derrotas de la revolución en la dinámica internacional, lo que genera una situación de aislamiento, de paulatina recuperación del capitalismo extranjero y sus viejas potencias, de hostigamiento, bloqueo, carestía, falta de ayuda y recursos, y otras tantas dificultades internas, por no hablar de la amenaza de guerra civil o invasión extranjera, etc.; situación que provoca estancamiento e impide avanzar hacia la construcción del socialismo, y superación total del capitalismo y su antigua burocracia, que por un tiempo persiste y, de prolongarse demasiado, termina por reimplantarse adoptando nuevas formas políticas de coerción, o dando lugar a la reaparición de viejas formas de opresión y relaciones sociales, minando las bases del nuevo sistema e impidiendo que éste se consolide, hasta su desmoronamiento; esto ocurrió históricamente en la Unión Soviética desde mediados del período de entreguerras, coincidiendo con el fracaso de la revolución proletaria ó socialista en Alemania y Hungría, en Europa Central, así como en Europa del Este, Persia, y más tarde China, y con el ascenso del fascismo, encabezado por Mussolini, Hitler y Chiang Kai Shek. Es el capitalista el que organiza la producción, que en su aspecto técnico está determinado por un nivel de desarrollo económico propio de la época industrial, en que el capital ha adquirido el predominio sobre la tierra, que era la fuerza productiva dominante en los modos de producción anteriores. En esa diferencia de valor estriba para Marx el beneficio del capitalista, puesto que es éste el que realiza el valor de lo producido mediante la venta en el mercado, que genera un precio que ha de ser superior al coste de producción si es que la actividad económica ha sido exitosa.



Socialdemocracia



Esta ha sido una corriente socialista reformista desarrollada en Europa entre el último cuarto del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Los Socialdemócratas no se proponen abolir revolucionariamente el capitalismo, sino que desean atenuar los efectos negativos del capitalismo a través de reformas sociales. Originalmente, proponía el reemplazo de la economía de mercado por una economía planificada desde el Estado, que centralizaría en sus manos a las principales industrias. Actualmente,  aboga por la creación de una economía mixta y de un estado del bienestar.

Economía anarquista



Los anarquistas clásicos de la mitad del siglo XIX, originalmente sólo se opusieron a la alianza entre el gobierno y las empresas al igual que los liberales clásicos, "alianza" que podríamos denominar actualmente capitalismo de Estado o proteccionismo. Sin embargo durante la segunda mitad del siglo XIX fue tomando forma lo que sería la tendencia más popular del llamado "anarquismo histórico", el cual sostenía que toda riqueza privada es ilegítima y por tanto promovía ir hacia una forma de colectivización descentralizada, que formó importantes lazos teóricos e históricos con el anticapitalismo comunista y sindical.



Fascismo



Un punto en común de los idearios del fascismo es la supresión de la autonomía, y en algunos casos la completa existencia, del capitalismo de larga escala y del capitalismo financiero. El fascismo promulga un tipo de anticapitalismo en que los gobiernos fascistas obliguen a las empresas privadas y a los individuos particulares, quienes poseen los medios de producción, a trabajar para servir a los intereses nacionales, minando el derecho de propiedad. En el fascismo existe una preferencia hacia la empresa agrícola e industrial, y un desprecio ideológico hacia el comercio (ganancias) y las finanzas, así también prefiere la autarquía antes que el comercio internacional. Algunos proyectos incluyeron programas de nacionalización de empresas extranjeras o de ciertos grupos perseguidos y la colectivización de ciertos tipos de propiedad privada. Este rechazo nacionalista al capitalismo, como al comunismo, se denomina tercer-posicionismo.



La Economía basada en recursos propone una alternativa al capitalismo, negando la necesidad del dinero para poder proveer de abundancia y de las necesidades básicas para la vida a toda la humanidad. La tecnología de la actualidad fácilmente podría conseguir esto eliminando incluso la necesidad del trabajo humano en gran parte.



Globalización



La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. Este proceso originado en la Civilización Occidental y que se ha expandido alrededor del mundo en las últimas décadas de la Edad Contemporánea (segunda mitad del siglo XX) recibe su mayor impulso con la caída del comunismo y el fin de la Guerra Fría, y continúa en el siglo XXI. Se caracteriza en la economía por la integración de las economías locales a una economía de mercado mundial donde los modos de producción y los movimientos de capital se configuran a escala planetaria (Nueva Economía) cobrando mayor importancia el rol de las empresas multinacionales y la libre circulación de capitales junto con la implantación definitiva de la sociedad de consumo.



El ordenamiento jurídico también siente los efectos de la globalización y se ve en la necesidad de uniformizar y simplificar procedimientos y regulaciones nacionales e internacionales con el fin de mejorar las condiciones de competitividad y seguridad jurídica, además de universalizar el reconocimiento de los derechos fundamentales de ciudadanía. En la cultura se caracteriza por un proceso que interrelaciona las sociedades y culturas locales en una cultura global (aldea global), al respecto existe divergencia de criterios sobre si se trata de un fenómeno de asimilación occidental o de fusión multicultural.



En lo tecnológico la globalización depende de los avances en la conectividad humana (transporte y telecomunicaciones) facilitando la libre circulación de personas y la masificación de las Tics y el Internet. En el plano ideológico los credos y valores colectivistas y tradicionalistas causan desinterés generalizado y van perdiendo terreno ante el individualismo y el cosmopolitismo de la sociedad abierta. Geopolíticamente el mundo se debate entre la unipolaridad de la superpotencia estadounidense y el surgimiento de nuevas potencias regionales, y en relaciones internacionales el multilateralismo y el poder blando se vuelven los mecanismos más aceptados por la comunidad internacional. Esto porque el fenómeno globalizador ha despertado gran entusiasmo en algunos sectores, mientras en otros ha despertado un profundo rechazo (antiglobalización), habiendo también posturas eclécticas y moderadas.



Factores que impulsan su desarrollo:



Libre comercio.



v  Fusiones entre empresas: Multinacionales.

v  Eliminación de empresas públicas: Privatizaciones.

v  Desregulación financiera internacional a favor del libre comercio: los Tratados de libre comercio.



Beneficios potenciales:

v  Mayor eficiencia del mercado que aumenta su competencia disminuyendo el poder monopolista.

v  Mejoras en la comunicación y cooperación internacional que puede llevar a un mejor aprovechamiento de los recursos.

v  Impulso desarrollo científico-técnico al ser lucrativo.

v  Mayor capacidad de maniobra frente a las fluctuaciones de las economías nacionales.

v  Eliminación de las barreras de entrada del mercado laboral, financiero y de bienes y servicios.



Riesgos:

a)    Irresponsabilidad de empresas y multinacionales.

b)    Aumento de desequilibrios económicos, sociales y territoriales.

c)    Descuido sobre los índices de desarrollo humano: aumento de la pobreza.

d)    Pérdida de factores que no se adapten a la competencia



Historia



Pablo Vázquez señala que el actual proceso de globalización es parte de un proceso mayor iniciado en 1492 con la conquista y colonización de gran parte del mundo por parte de Europa. Marshall McLuhan sostenía ya en 1961 que los medios de comunicación electrónicos estaban creando una aldea global. Rüdiger Safranski, destaca que a partir de la explosión de la bomba atómica en Hiroshima en 1945 nació una comunidad global unida en el terror a un holocausto mundial. También se ha asociado el inicio de la globalización a la invención del chip, la llegada del hombre a la Luna, que coincide con la primera transmisión mundial vía satélite (20 de julio de 1969), o la creación de Internet (1 de septiembre de 1969). Pero en general se ubica el comienzo de la globalización con el fin de la Guerra Fría, cuando desaparece la Unión Soviética y el bloque comunista que encabezaba, cuyo experimento fallido de colectivismo representaba el ocaso de los proyectos de sociedades cerradas y economías protegidas. Si bien la autodisolución de la Unión Soviética se produjo el 25 de diciembre de 1991, se ha generalizado simbolizarla con la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.



El proceso de globalización también hace entrar en crisis al proteccionismo y al Estado de Bienestar había ganado popularidad en período entreguerras, cuando en las naciones capitalistas se difunde la noción de que el Estado tiene una doble función fundamental en el buen funcionamiento de la economía: uno en asegurar la prosperidad de la población y el otro en evitar los ciclos de crecimiento y recesión. Se crean así las bases para la aparición del keynesianismo y el Trato Nuevo. Sin embargo, una nueva crisis que se inició a mediados de la década del sesenta, agudizada por la crisis del petróleo de 1973 provocó una reorganización radical de la economía, fundada en la intensa promoción de la innovación tecnológica, la reforma de las políticas de desarrollo y tentativas de desmantelar del Estado de Bienestar, que llegó a ser visto como en las palabras de Margaret Thatcher  un "estado niñera", sofocador de las libertades y restringidor de la capacidad de escoger de los individuos. Ya desde la década de los 70 y 80 del siglo XX varios analistas y políticos encontraron necesario o conveniente efectuar una fuerte crítica, sea desde un punto de vista pragmático o desde un punto de vista liberal a formas socio-político y económicas anteriores, que ellos consideraban estetizantes y en consecuencia restrictoras, tanto de las libertades individuales como del desarrollo económico y social, proponiendo nuevas formas a fin de crear un terreno favorable para la revitalización de las economías.



En el gobierno de Pinochet en Chile en lo que se llamó "experimento", seguido por el de Thatcher (1979-1990) en Gran Bretaña y el de Reagan (1981-1989) en EE.UU., implementaron parcialmente las políticas económicas de personajes tales como Friedrich Hayek y Milton Friedman respectivamente, lo que de hecho redundó en la generación de nuevas interrelaciones entre los factores económicos y mercados de todo el mundo (consumidores, trabajo, recursos naturales, inversiones financieras, etc.); sin embargo ambos gobiernos fueron en otras áreas fuertemente intervencionistas. A partir de entonces otros gobiernos aplicarían medidas combinando algún nivel de liberalismo económico junto con la tecnocracia estatal, muchas veces para poder contentar con algún grado de intervencionismo a sectores sociales y grupos de presión que rechazan el desmantelamiento del Estado de Bienestar. Todo este fenómeno en políticas públicas sería conocido, especialmente por sus críticos provenientes del socialismo post-Guerra Fría, bajo el confuso término de "neoliberalismo".



El 9 de noviembre de 1989, se produjo la caída del Muro de Berlín, abriendo camino a la implosión de la Unión Soviética en 1991 y la desaparición del bloque comunista. A partir de ese momento comenzó una nueva etapa histórica: la globalización. Ante los hechos en julio-septiembre de 1989 el economista político estadounidense Francis Fukuyama publica un artículo titulado El fin de la Historia, llegó a decir que «lo que podríamos estar viendo no es sólo el fin de la Guerra Fría, o de un particular período de post-guerra, sino el fin de la historia como tal; esto es, el punto final de la evolución histórica de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano». Posteriormente se retractaría de tal afirmación.



Durante este periodo destaca el rol de los organismos internacionales como OMC, OCDE, FMI y BM que en las últimas décadas han sido retratados como impulsores de la globalización, sin embargo, la globalización siendo un proceso civil y de mercado más bien tiende a ser vista como un orden espontáneo independiente de los organismos políticos, siendo discutido si las acciones de los organismos supraestatales dificultan en vez de facilitar la globalización. Una organización privada que anualmente se reúne para dar su respaldo al proceso globalizador es el Foro Económico Mundial.



La nueva relación socio-económica



La globalización en sí misma es un proceso continuo y dinámico, que desafía las leyes de los países en su forma de regular el funcionamiento de empresas y el comportamiento económico de los individuos a nivel internacional que, si bien pueden dar trabajo a la mano de obra desocupada o ser los contratados, también pueden beneficiarse de irregularidades y debilidades subsistentes en un determinado país. Es fácil para estas empresas simplemente trasladar sus centros de producción a lugares en los cuales se les del máximo de facilidades. Es también un desafío a los proyectos de desarrollo de los países, especialmente para aquellos que están en vías de desarrollo, pues no sólo considera cualquier intervención estatal como anímica a los intereses de esas empresas (en la medida que tales planes implican regulaciones y demandan impuestos y otros recursos) sino que además asevera que la idea misma del desarrollo social como meta y objetivo gubernamental o estatal precluye la libertad individual y distorsiona tanto la sociedad como el mercado.



A nivel cultural, el incremento de la intercomunicación física y virtual, han incrementado y facilitado este proceso. La interconexión física se basa en la masificación del transporte. La interconexión virtual se basa exclusivamente en la tecnología, por ejemplo, Internet. Esto ha llevado a dos resultados contradictorios:



v  Por un lado la centralización del control administrativo y político a niveles gubernamentales y corporativos se ha visto facilitada enormemente.

v  Por otro, se ha facilitado de manera igualmente enorme la diseminación de ideas críticas y la comunicación a nivel de ciudadanos comunes y corrientes, que anteriormente estaban para su información a merced de los medios establecidos o no podían responder rápida y efectivamente a decisiones que los afectaban.



v  Un último punto de interés es el crecimiento económico a nivel mundial desde la introducción del proceso. Según datos del FMI, todos los países desarrollados y muchos de los que se encuentran en vías de desarrollo, han experimentado un crecimiento sostenido de sus economías, lo que ha y está permitiendo la incorporación de cientos de millones de habitantes a las economías modernas.



Esta es generalmente la justificación más usada en favor de la globalización.



La globalización  se manifiesta en la integración y el contacto de prácticas culturales: marcas, consumo de medios, valores, iconos, personajes, imaginario colectivo, costumbres, relaciones, etc. En un sentido restrictivo del concepto de cultura, se entiende sobre todo lo relacionado con la difusión y consumo de los productos culturales a alcance mundial, fundamentalmente cine, televisión, literatura y música, en los que el factor tecnológico multiplica su capacidad de difusión a gran escala. A esto se suma la existencia de focos de atracción para un intenso turismo cultural, manifestados en los principales destinos turísticos y en los grandes eventos expositivos (grandes museos, ferias y convenciones) que aspiran a hacer accesible una cultura de alcance mundial, en estrecha relación con la ampliación de las redes de transporte internacionales, especialmente el aéreo. El mercado mundial para las industrias del entretenimiento, de las que el cine estadounidense ha sido el mayor exponente a lo largo de todo el siglo XX, depende de dos factores técnicos: medios de comunicación e idioma. La barrera del idioma sigue dependiendo de la realización de doblajes y traducciones, en las industrias de contenidos narrativos, creándose mercados sectoriales para las grandes lenguas multinacionales como el español o el francés, además de la posición dominante del inglés. Con la progresiva y rápida digitalización de todos los soportes de comunicación, se reducen las barreras a la difusión mundial, reservada durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX a las firmas de radiodifusión, los circuitos de exhibición y los acontecimientos de cobertura internacional (especialmente los deportivos). La cultura global es por lo tanto audiovisual, y de masas. Los argumentos universales narrativos y simbólicos tienden a fundirse en los nuevos iconos audiovisuales, renovados en su estética (estilo, actores, efectos especiales, ambientación, etc.)



A continuación algunos hitos de la creciente interdependencia entre los países del mundo. No es una lista que refleje todo lo que la globalización es, pero estos eventos pueden identificarse en el contexto de la misma.



  1. En noviembre de 1989 el economista estadounidense John Williamson,  incluyó en un documento de trabajo una lista de diez políticas que consideraba más o menos aceptadas por los grupos económicos con sede en Washington y lo tituló el Consenso de Washington. para algunas personas representan los puntos claves de la globalización, sin embargo ambas cosas no son lo mismo.
  2. La creación en 1995 de la Organización Mundial de Comercio (OMC) es uno de los momentos decisivos de la globalización. Por estar integrada por la mayoría de los países de la población mundial: propiedad intelectual, regulación de empresas y capitales, subsidios, tratados de libre comercio y de integración económica, régimen de servicios comerciales (especialmente educación y salud), etc.
  3. Crisis económicas: tequila, dragón, vodka, samba, tango: La velocidad y libertad alcanzada por los capitales para entrar y salir de países y empresas está asociada a una serie de crisis eco-financieras locales de impacto global. La primera de la serie se produjo en México en 1994/1995 y su impacto global se conoció como efecto Tequila. Con posterioridad se produjeron la crisis asiática en 1995/1997, la crisis rusa en 1998 (efecto Vodka), la crisis brasileña en 1998/1999 (efecto Samba) y la crisis argentina en 2001/2002 (efecto Tango). Las reiteradas crisis económicas ha generado una amplia discusión sobre el papel desempeñado por el Fondo Monetario Internacional.
  4. Detención de Pinochet y creación de la Corte Penal Internacional: En octubre de 1998 el ex-dictador de Chile, Augusto Pinochet, fue detenido en Londres acusado en España por tortura y terrorismo. El 24 de marzo de 1999 el Tribunal de los Lores del Reino Unido resolvió que Pinochet podía ser extraditado, aunque finalmente la extradición no fue completada debido a la supuesta demencia del comandante. El hecho es destacado como un punto de inflexión en la globalización de los derechos humanos.
  5. Simultáneamente en 1998 se firmó el Estatuto de Roma creando la Corte Penal Internacional, que entró en vigor el 1 de julio de 2002 luego de alcanzar la cantidad de ratificaciones necesarias. En 2003 la Corte penal Internacional quedó constituida. El principal problema para el funcionamiento de la misma es la posición de los Estados Unidos, opuesto a su jurisdicción.
  6. Ingreso de China en la OMC: En 2001 y después de 15 años de duras negociaciones, China ingresó en la OMC. De este modo el país más poblado del mundo (22% de la humanidad), quinta economía mundial y la de mayor crecimiento en los últimos 30 años, se incorporó plenamente al mercado mundial. Los enormes desplazamientos de capital y trabajo que está causando la economía china, así como las consecuencias para el sistema mundial que tendrá la vinculación de una gigantesca y pujante economía de "mercado socialista", con el sistema capitalista mundial, son discutidas apasionadamente por los estudiosos de todo el mundo. Existe sin embargo un amplio consenso de que China, y su creciente liderazgo económico en Asia, está impulsando un proceso histórico que será determinante en el curso del siglo XXI y la orientación de la globalización mundial.
  7. Los atentados del 11 de septiembre de 2001, contra el Centro Mundial de Comercio (World Trade Center) de Nueva York y el Pentágono, transmitidos en vivo y en directo por las cadenas globales de televisión a toda la Humanidad, adquirieron una significación mundial. A partir de ese momento, la lucha contra el terrorismo internacional y la defensa de la seguridad nacional de los Estados Unidos, adquirirá una jerarquía prioritaria en la agenda global, propondrá la necesidad de restringir los derechos humanos para garantizar la seguridad, y reinstalará el valor del Estado.



  1. Los disturbios de Francia de 2005, en noviembre, miles de jóvenes franceses, hijos de inmigrantes provenientes del norte de África, protagonizaron durante dos semanas una revuelta que tuvo su sello en la quema de miles de automóviles en París. En la región de París, más de la mitad de la población menor de 15 años, es originaria de África, lo que ha dado un vuelco a la cultura de la zona en menos de una generación. El acontecimiento sorprendió al mundo y puso sobre el tapete la cuestión de las migraciones internacionales y las desigualdades sociales y territoriales en la globalización.



Argumentos en favor de la globalización



Es importante anotar que entre los partidarios de la globalización están corrientes con visiones encontradas y radicalmente diferentes en su percepción sobre los beneficios de la globalización, es el caso del liberalismo libertario y el neoconservadurismo en lo político, o la escuela austríaca y el monetarismo/escuela neoclásica en la doctrina económica. Ellos ven en la globalización un proceso benéfico de extensión de la libertad y el capitalismo. Aquellos que apoyan el libre comercio proclaman que el aumento tanto de la prosperidad económica como de oportunidades, especialmente en los países en desarrollo, incrementara las libertades civiles y llevara a una alocución de recursos más eficientes. Las teorías económicas de la ventaja comparativa sugieren que el mercado libre produce tal alocución efectiva de recursos, a mayor beneficio de todos los países que estén envueltos. En general, esto conduce a reducción de precios, más empleos, incremento en la producción y de niveles de vida especialmente para los que viven en países en desarrollo. Hay también los llamados "globalistas" o "mundialistas", que proponen una "globalización democrática". Ellos creen que la primera etapa de la globalización, orientada al mercado o a asuntos económicos, debe ser seguida por una etapa de creación de instituciones políticas globales que representen las visiones o aspiraciones del "ciudadano mundial".



Proponentes de la globalización argumentas que el movimiento anti-globalización es proteccionista y usa evidencia puntual y anecdotal para apoyar sus visiones, mientras que las fuentes estadísticas proveen apoyo fuerte a la globalización:



A pesar que algunos lo disputan, la desigualdad del ingreso a nivel mundial parece estar decreciendo. Dejando de lado quien tiene la razón, se puede alegar que más importante es la medida de pobreza absoluta, si todos vivieran en la miseria, la desigualdad de ingresos sería muy baja. Desde 1981 al 2001, de acuerdo a figuras del Banco Mundial, el número de personas que viven con un dólar o menos de ingreso al día ha declinado en términos absolutos de mil quinientos millones de personas a mil cien millones. Al mismo tiempo, la población del mundo aumentó. Sin embargo, algunos críticos advierten que sería conveniente usar medidas más detalladas de la pobreza.  El porcentaje de personas que viven con menos de dos dólares de ingreso al día ha caído mucho en áreas afectadas por la globalización, mientras que las tasas de pobreza ha permanecido estable en otras áreas. En Asia del Este, incluyendo China, ese porcentaje ha decaído en un 50.1%, comparado con un incremento del 2.2% en África subsahariana. La esperanza de vida se ha, doblado en los países en desarrollo desde la Segunda Guerra Mundial y está empezando a cortar la distancia entre ella y la de los países desarrollados, donde el mejoramiento ha sido menor. Incluso en los países del África subsahariana , la región menos desarrollada, la esperanza de vida ha aumentado de menos de 30 años antes de esa guerra a alrededor de 50 años antes de la pandemia de sida y otras, empezaran a reducirla nuevamente al presente nivel de alrededor de 47 años. La mortalidad infantil ha decrecido en todas las regiones del mundo en desarrollo. La presencia de la democracia ha incrementado dramáticamente: desde una posición en la cual habían muy pocas naciones con sufragio universal en 1900 a estar presente en un 62,5% de todos los países en el 2000.



Los derechos de las mujeres ha avanzado. Incluso en áreas tales como Bangladesh ellas están logrando acceso a trabajos que proveen estabilidad e independencia económica.  La proporción de la población mundial que vive en países en los cuales las provisión de alimentos por capital es menor que 2.200 calorías o 9,200 kilo julios por persona por día disminuyo desde 56% en 1960 a menos de 10% en 1990. Entre 1950 y 1990, la tasa de alfabetización mundial aumento del 52% al 81%. Las mujeres han representado mucho de ese crecimiento: la tasa de alfabetización femenina, como porcentaje de la masculina, aumento de 59% en 1970 a 80% en el 2000.

A pesar que los críticos de la globalización se quejan que esta implica un predominio de la cultura occidental (u occidentalización) un informe del año 2005 de la UNESCO, muestra que el cambio cultural se está haciendo en ambas direcciones. En el 2002, China fue el tercer país en exportaciones de bienes culturales, detrás de Gran Bretaña y EE.UU. Entre 1994 y el 2002, la proporción de esas exportaciones de tanto Norteamérica como Europa decayó, mientras las exportaciones de Asia crecieron hasta sobrepasar a la estadounidense. Los opositores critican duramente algunas políticas corrientes en países desarrollados. En particular, los subsidios a la agricultura y las tarifas proyectivas en esos países. Así, las barreras al comercio dificultan el crecimiento económico no solo de las naciones en desarrollo, lo que tiene un efecto negativo en los niveles de vida generales.



La globalización desde un punto de vista crítico



Somos culturas que caminan en un mundo globalizado, frase que corona la pintada de la imagen, tomada en la localidad de Humahuaca en el norte de Argentina. La globalización es un fenómeno complejo, no debería ser sorpresa por lo tanto que provoque diferentes reacciones entre diferentes individuos o grupos. Aún otros ven el proceso como simplemente una continuación o incluso agudización de procesos explotativos, resultado directo del neocolonialismo capitalista, mientras para otros amenaza el fin de esa predominancia. Para algunos, promete una nueva era de riquezas para todos, tales como el escritor Eduardo Galeano es la seducción de un consumismo que arruinará económica y moralmente a la mayoría. Antes de hacer una crítica es necesario considerar un aspecto fundamental: la diferencia entre lo que los partidarios del proceso proponen y la manera que esas propuestas han sido o están siendo implementada. El libre comercio de la globalización no sólo se refiere al libre movimiento de capitales sino que también al libre movimiento de bienes y personas. Por lo tanto los globalistas consideran inaceptable, como se ha visto, las barreras aduaneras y tratos preferenciales que los países desarrollados imponen o practican cuando así les conviene.



Aldea global



El término se refiere a la idea de que, debido a la velocidad de las comunicaciones, toda la sociedad humana comenzaría a transformarse y su estilo de vida se volvería similar al de una aldea. Debido al progreso tecnológico, todos los habitantes del planeta empezarían a conocerse unos a otros y a comunicarse de manera instantánea y directa. Como paradigma de aldea global, McLuhan elige la televisión, un medio de comunicación de masas a nivel internacional, que en esa época empezaba a ser vía satélite. El principio que destaca en este concepto es el de un mundo interrelacionado, con estrechez de vínculos económicos, políticos y sociales, producto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), particularmente Internet, como disminuidoras de las distancias y de las incomprensiones entre las personas y como promotoras de la emergencia de una conciencia global a escala planetaria, al menos en la teoría. Esta profunda interrelación entre todas las regiones del mundo originaría una poderosa red de dependencias mutuas y, de ese modo, se promovería tanto la solidaridad como la lucha por los mismos ideales, al nivel, por ejemplo, de la ecología y la economía, en pos del desarrollo sustentable de la Tierra, superficie y hábitat de esta aldea global. Por otro lado, no deja de ser verdad que, como ya evidenciaba la teoría del efecto mariposa, un acontecimiento en determinada parte del mundo puede tener efectos a una escala global, como por ejemplo las fluctuaciones de los mercados financieros mundiales.



Nueva economía



La nueva economía es un término que fue descrita así a finales de los años 90 para definir la evolución económica, en los Estados Unidos y otros países desarrollados, de una economía basada principalmente en la fabricación y la industria a una economía basada en el conocimiento, debido en parte a los nuevos progresos en tecnología y en parte a la globalización económica. En ese momento, algunos analistas entendieron que este cambio en la estructura económica había creado un estado de crecimiento constante y permanente, de desempleo bajo e inmune a los ciclos macroeconómicos de auge y depresión. Además, creyeron que el cambio puso en obsolescencia antiguas prácticas de negocios. Como muchas cosas que parecen demasiado buenas, la recesión de 2001 desacreditó muchas de las predicciones más extremas hechas durante los años del auge. Sin embargo, la investigación subsiguiente sugiere fuertemente que el crecimiento de la productividad fue estimulado por la fuerte inversión en tecnologías de la información.



Principios

La Nueva Economía tiene tres rasgos fundamentales, profundamente interrelacionados.

a)    Se centra en la información y el conocimiento como bases de la producción, la productividad y la competitividad.

b)    Es una economía global, la producción y gestión de bienes y servicios se organiza a nivel planetario.

c)    Internet es el sistema de organización en la Nueva Economía.



La principal característica de la Nueva Economía es la ausencia de fricción. La economía clásica tiene lugar en el espacio y en el tiempo, eso implica que cualquier actuación, implica perdidas de energía por causa de la fricción. Las transacciones económicas que tienen lugar a través de la red reducen considerablemente la fricción, debido a lo que se ha llamado 'la desaparición de las distancias', lo cual está unida a la desmaterialización de la economía han sido presupuestos necesarios para el nacimiento de la Nueva Economía.



El fenómeno de la globalización está intrínsecamente unido al de la Nueva Economía. La economía mundial cada vez se encuentra más inter-relacionada, los mercados se amplían y flexibilizan, la producción no se localiza y las grandes empresas enfrentan la creciente competencia mediante alianzas y fusiones.



Nueva Economía y las leyes económicas



Hasta la crisis de las empresas punto com., existían dos posturas antagónicas acerca de la relación entre la nueva economía y las leyes económicas:



Por un lado algunos observadores sostenían que con la Nueva Economía la teoría económica convencional era cosa del pasado y que esta nueva forma de hacer negocios revolucionaría las leyes económicas tradicionales. Las ideas sostenidas por Kevin Kelly, luego plasmadas en su libro “Nuevas reglas para la nueva economía”, alentaron una idea radical: la teoría económica convencional, la ciencia económica, tal como se la conocía, era cosa del pasado. Esta corriente de pensamiento fue dominante hasta el año 2000, y constituyó el soporte intelectual de toda la movida de la primera etapa de la nueva economía, durante su espectacular despegue en el período 1995-2000.



Por otro lado, una segunda visión argumentaba que la economía con sus conceptos básicos y sus herramientas sigue siendo la de siempre, pero a partir de la generalización de las nuevas tecnologías, se ha generado un nuevo modelo de negocios que, progresivamente, va incrementando la eficiencia y ofreciéndole al cliente productos y servicios cada vez más cercanos a los que éste demanda.



Parece que tras el crash de las bolsas que comenzó en el año 2000 y que es conocido como Burbuja.com,  "La economía de nuestros días se bifurcó en dos mundos interconectados.



La organización en red



La producción económica se organiza en torno a redes informáticas. Empresas, clientes y proveedores aumentan su colaboración y control de los procesos de generación de valor, en beneficio de su competitividad. La Nueva Economía afecta en mayor o menor medida a todas las actividades y sectores económicos y a la forma de entender los negocios.









CONCLUSIÓN



Para nosotros  al igual que para muchos naturalistas, el ser humano es un tema sumamente atrayente, pero también lleno de polémica, hemos tomado como  punto básico todas las explicaciones de historia natural. A diferencia de otras novedades evolutivas como la piel con pelo, propia de la línea mamífera de Evolución, la sociedad surgió en varias oportunidades en distintas líneas evolutivas que incluyen Mamíferos, Aves, probablemente Reptiles, Insectos, Crustáceos, etc. Pero comportamientos sociales existen muchos y en diferente grado, y son, justamente, estos grados de sociabilidad nuestro objetivo de estudio. Hasta aquí queda claro que los diferentes niveles de complejidad determinan, también diferentes desafíos que proponen novedades exitosas según se ubique la manera de la selección natural durante ese período.



Es Indudablemente la sociedad una propiedad emergente de la población: por razones puramente técnicas un individuo aislado no constituye una sociedad. Si esta novedad evolutiva surge de un cambio en un grupo de genes, en un solo gen, en un tejido, en una población, es algo que aún no está definido, pero sí sabemos que ha sido altamente seleccionada en varias oportunidades.



La explotación de la fuerza trabajadora del hombre y de su tiempo que pudieran emplear en el trabajo para la realización de su ser interior y el despertar de su conciencia, con la idea de mantenerlo en ignorancia y en sumisión. Sembraron el abuso del poder entre los hombres con la posibilidad de prevalecer el de mayor riqueza material.



En nuestra opinión, lo primero que salta a la vista al estar analizando el texto es la cantidad de abusos que el proceso de globalización causa y el inmenso porcentaje de población humana que se está viendo afectada. Más allá de esto,  nos sorprende la absoluta amoralidad que dicho proceso supone y la exquisita lógica natural que fundamenta su existencia. Pareciera como si hubiéramos vuelto a la selva y la razón hubiera quedado en el último de los planos a considerar. "La ley del más fuerte", eso y casi nada más grita el descarnado capitalismo, que a diestra y siniestra liquida a quienes no se adapten, a quienes no tengan cabida dentro de los fuertes, a quienes no tengan posibilidad de competir. No hay razón para pensar que la polarización que provoque entre ricos y pobres no pueda ser tremendísima; mucha literatura de ciencia ficción así lo predice, e imagina incluso una gran subcultura marginada, brutalizada, que vive miserias y abusos, por debajo de un mundo increíblemente próspero, moderno y civilizado. El llamado proceso de desconexión, es inevitable para muchos países y regiones. Es impensable que todos puedan entrar al paraíso capitalista. Vaya que la moraleja más obvia es cruel, es egoísta y es indiferente como la naturaleza misma, y vaya que ésta y sus leyes se imponen hasta en los libros de economía y en las políticas más razonadas de los Estados. Y la verdad es que ya no son nuestros Estados tan simples como para poder resolver con la razón intervencionista del gobierno una situación tan compleja como la actual. No, definitivamente, pues las presiones eran enormes. La tarea de hoy no es otra sino el duro trabajo. Pero, es también válido hacerse que no lo vemos, auque este ahí.



No hay comentarios:

Publicar un comentario